Derecho a tener un padre y una madre
Aníbal Cuevas
La felicidad de andar por casa
La felicidad de andar por casa
Aníbal Cuevas

        La verdad es que hay veces que me produce cierta vergüenza tener que escribir sobre obviedades. Tener que afirmar que lo natural es que un niño tenga un padre y una madre me resulta tan ridículo como tener que demostrar que dos más dos son cuatro. Pero así estamos, hay que recordarlo de vez en cuando.

        Hoy aparecen dos noticias complementarias en la prensa. En una de ellas un máximo responsable de la ONU en temas de familia afirma que "la educación sin referencia del padre provoca más fracaso" y en otra se dice "el calor de la madre es importante"

        Se trata de dos afirmaciones de perogrullo que nos sitúan en lo importante y central de los derechos del niño: todo niño tiene derecho a un padre y una madre. Son los derechos del niño los que deben estar por encima de las apetencias y pseudoderechos de los adultos.

        Aunque pueda parecer escandaloso, convendría replantearse las ideas actuales sobre los derechos de los adultos a tener hijos cuando es a costa de un claro menosprecio de los del menor a tener un padre y una madre.

        En esta cuestión, como en tantas otras, se enfrentan la lógica con la ideología y la imposición de los derechos de los más fuerte sobre los más débiles.