Sobre el Amor y los amores y ¿Razonar, sentir?
Aníbal Cuevas
La felicidad de andar por casa
La felicidad de andar por casa
Aníbal Cuevas

 

 

 

De nuevo inmadurez

Sobre el Amor y los amores

        Decía Ortega y Gasset en Escritos sobre el amor: "Desde hace dos siglos se habla mucho de amores y poco del amor". Creo, con él, que es ese uno de los problemas que se plantean en muchos matrimonios; hay personas que han dejado de creer en el amor y viven de amores. Cuando esto ocurre y se deja de creer que el amor es aquello que nos da la plenitud, se pasa a vivir de amores y la consecuencia es la ansiedad, el cambio continuo, la incertidumbre.

        Hay quienes no creen que el amor es posible, siempre ven "peros" y trabas, siempre encuentran un "por si acaso". No darse del todo de manera incondicional hace que se viva de amores y no del amor, de ahí la insatisfacción de tantos y el origen del fracaso de muchos matrimonios.

¿Razonar, sentir?

        Parecía que la razón había triunfado. En la era de las luces el triunfo de la razón y parecía que había llegado. Se supone que tal triunfo debía traer una sociedad y unas personas caracterizadas por la capacidad de razonar, es decir, de analizar, de buscar la verdad y de actuar en consecuencia.

        No parece que sea ésta la realidad actual. La razón ha dejado paso a los sentimientos. Si hay algo que caracterice a nuestra sociedad es la dependencia que de ellos se tiene. Cada vez, en mayor medida, se hacen depender las decisiones y acciones de lo que se siente. Se trata de un punto muy vulnerable del ser humano, un peligro en manos de manipuladores.

        Siempre ha sido característico de la infancia y de la adolescencia, es decir, de la inmadurez, regirse por la apetencia. El mensaje tan repetido de que no existe la verdad, de que todo depende y todo vale lo mismo es la cara contraria de la razón.

        Para ser libres hace falta recuperar la capacidad de razonar y no dejarse guiar sólo por los sentimientos. Ambos son humanos, pero humano es también que exista un orden de prioridades. Las personas maduras saben tomar decisiones basados en la razón, en lo que ella nos indica que es correcto. Los padres debemos estar preparados para dar esta batalla si queremos educar hijos libres.