¿Tolerantes o indiferentes? y Esas pequeñas cosas
Aníbal Cuevas
La felicidad de andar por casa
La felicidad de andar por casa
Aníbal Cuevas
¿Tolerantes o indiferentes?

        Hace bastantes años se pusieron de moda las tiendas de "Todo a cien", tuvieron gran éxito porque en ellas se encontraban cosas de lo más variopinto por solo cien pesetas. "Todo a cien" terminó por significar la posibilidad de comprar sucedáneos, de peor calidad casi siempre, pero que hacían su papel y de paso satisfacían el ansia o deseo de consumo.

        Hace unos días, en el marco de un congreso internacional sobre familia, oí que alguien afirmaba que el matrimonio y la familia se habían asimilado a las tiendas de "todo a cien", cualquier cosa es alternativa. La persona que decía esto se lamentaba de que "la mayoría no es que sea permisiva o tolerante, sino que es indiferente".

        Me hizo pensar y creo que efectivamente uno de los mayores males de nuestra sociedad es la indiferencia que se viste de tolerancia o respeto. El tema es puntiagudo y se las trae porque para ser tolerante hay que tener ideas y principios; cuando la presunta tolerancia se basa exclusivamente en lo sentimental o la comodidad se cae en la indiferencia. Me pregunto ¿los españoles somos tolerantes o indiferentes?

Esas pequeñas cosas

        Hace unos días pronuncié una conferencia sobre el matrimonio en un colegio, asistieron numerosas parejas jóvenes. Al día siguiente, me llegó un correo electrónico que transcribo y que es una pequeña muestra de cosas que se pueden hacer para mantener viva la relación. A veces nos empeñamos en hacer cosas grandes y llamativas, no hace falta, basta con poner cada día un poco de sal.

        "Te escuché ayer en X. Aunque llegué a las 7, aún me dio tiempo para escuchar sabrosos consejos que me hicieron reflexionar. Por la noche estuve leyendo tu libro. Tampoco he leído mucho: Pasé del epílogo a la portada y ahí me quede.

        El epílogo me sugirió nuevas ideas para mejorar en el trato con los de mi casa. De ahí pasé a escudriñar la portada. La portada me cautivó, pues me hizo recordar el tiempo de cuando era novio. No se, tiene esa portada algo magnético.

        Hoy volví por X y, me sorprendí repitiendo un pequeño detalle que llevo a cabo desde el año 95: Arranco una ramita de un árbol de mimosas que hay en un jardín , y se lo llevo a mi mujer. Cuando empezamos a salir, allá por diciembre del 94, tomé nota en un papelito de las cosas que le gustaban, pues quería conquistarla. Un mes después ya éramos novios pero el papelito seguía cumpliendo su función.

        El otro día lo encontré en una vieja agenda de papel, metido en una especie de bolsillito. Me emocioné, pues allí estaban escritas cosas que he asimilado. Es curioso: ya no me daba cuenta de que aquello tan sencillo había logrado forjar una relación eterna".