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La
felicidad de andar por casa
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Aníbal
Cuevas
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Hasta
hace unos años parecía que la familia era algo estático
e inamovible. Los roles estaban perfectamente delimitados. El padre
trabajaba fuera de casa, traía el dinero para mantener a su
familia y procuraba la seguridad de su mujer e hijos. La madre cuidaba
del hogar y se encargaba de la educación y cuidado de los hijos.
La autoridad familiar
recaía en el padre y se ejercía como "potestas"
(la capacidad de imponer y sancionar en función de su cargo).
La madre se limitaba a ser la gestora del hogar. Sé que éstas
situaciones no se daban en todos los casos y que como toda generalización,
puede ser injusta. Sin embargo, pienso que se corresponde con una
realidad muy amplia. Por otro lado, las obligaciones de los hijos
se limitaban a la obediencia.
Este modelo de familia
funcionó durante mucho tiempo y la mayoría de las personas
guardan un grato recuerdo de sus padres y se sintieron amados. Sin
embargo, me pregunto ¿Vale éste modelo para nuestros
días?
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