Educar.es: “Ni broto como una planta
ni retozo por los pastos”

Josemanuel Tarrío Ocaña www.PiensaunPoco.com

Mi proyecto para mi libertad         Proyecto de vida. Porque somos temporales. Porque tenemos una naturaleza concreta y definida; un algo que me hace ser humano y no otra cosa.

        Y nos quedaba un tercer aspecto más que da motivo de por qué es necesario tener un proyecto de vida.

        Un proyecto de vida da sentido a mi temporalidad: soy y dejaré de ser; por eso, proyecto, para que no me devore el presente vacío y quimérico.

        Un proyecto de vida respetuoso con mi naturaleza humana porque ni broto como una planta –qué mal gusto hay de fondo en esa teoría que nos animas a ser espontáneos– ni brinco por los pastos como las gallinas.

Siempre insatisfechos

        Y en todo eso, experimento que soy temporal pero que tengo ansias de eternidad. Que tengo una naturaleza humana pero que las cosas, incluso las personas, no me llenan del todo.

        Y jugamos a ser eternos y decimos: te quiero para siempre. Y buscamos lo que nos llene y sacie por completo y terminamos conformándonos –desesperándonos– con lo que hay porque las cosas terminan cansado o aburriendo y las personas tienen defectos.

"Sólo Dios basta"         Todo lo expuesto ni es malo ni bueno. Es positivo, en todo caso, porque esa es la realidad. Y todo lo expuesto tiene un nombre: trascendencia.

        Tenemos lo que tenemos, hay lo que hay, pero buscamos siempre un algo más: que me haga eterno, que me sacie sin cansarme.

        Se busca en una playa y en otra, la vida. Y Dios en la última playa.