Liderazgo, límites y amistad con los hijos
"El liderazgo es una oportunidad de servir, no de lucirse".
J. Walters
Victoria Cardona
Maestra y orientadora familiar
Conciliar la vida familiar
Victoria Cardona

 

 

 

 

 

Sin dejar el puesto de padres

        Estamos seguros de que cualquier persona que ha adquirido un liderazgo en su profesión, en su vida familiar o en sus relaciones sociales, se lo ha ganado a pulso, no con afán de lucimiento, individualismo ni de egoísmo, sino viviendo y pensando en darse a los demás.

        Tengo una amiga que siempre me comenta que su esposo es un líder para sus hijos. No se lo puedo discutir ya que en este caso se trata de un hombre muy especial. Comentándolo con ella, hemos llegado a la conclusión de que es un hombre que solo vive para su familia, con alegría, buen humor y sencillez. ¡Buena actitud para tener ascendente y ganarse la amistad de los hijos!

        Los límites son como la brújula, bien necesaria para no perder el norte. No podemos olvidar que el niño tiene un mapa y un territorio bien diferenciado del que tiene el adolescente, el adulto o el abuelo. Un ejemplo bien sencillo: No debe dormir las mismas horas un recién nacido que un niño de un año, un padre de 36 años o un abuelo de 70...

        ¿Qué haríamos los conductores sin unas señalizaciones, unos mapas de carreteras o un buscador GPS que nos indicaran como llegar a un destino determinado, alejado y desconocido por nosotros? Nos perderíamos y llegaríamos más tarde y con más desazón si es que antes no hubiéramos sido víctimas de un accidente de tráfico, haciendo un mal cambio de sentido en una autopista. Por esto, antes nos informamos del recorrido y del camino que debemos hacer. En la familia pasa igual nos informamos, escuchamos, estudiamos pros y contras, etc.… y luego marcamos el camino a seguir.

        Seamos amigos de los hijos sin perder la ilusión del liderazgo, un liderazgo fundamentado en el espíritu de servicio y ganado con esfuerzo y entusiasmo Así recibiremos siempre de ellos su reconocimiento, cariño y amistad.

        Las relaciones entre padres e hijos no pueden ser simétricas, son asimétricas y cuando nos igualamos cosechamos fracasos. No hace falta hacer declaraciones de principios con frases cómo: "Mira, tú y yo debemos ser amigos". A nuestro hijo una frase exigente no le motivará nada. Sí le animará, en cambio, nuestro actuar con comprensión y simpatía hacia él.

        Alguna vez por intentar caer bien al adolescente, los padres procuramos establecer relaciones de igual a igual con el consiguiente peligro de disimular la realidad y que conlleva a situaciones difíciles que muchos no deseamos. Debemos confiar en los hijos pero seguir educando sin "tirar la toalla" ni ceder en los objetivos que se habían acordado con él. Esto no evitará que en algún momento pasemos por alto algún cambio de humor, propio de la etapa adolescencia, o que negociemos algunas normas teniendo en cuenta su edad y necesidad de autonomía.

Los límites a su favor

        Los límites son como la brújula, bien necesaria para no perder el norte. No podemos olvidar que el niño tiene un mapa y un territorio bien diferenciado del que tiene el adolescente, el adulto o el abuelo. Un ejemplo bien sencillo: No debe dormir las mismas horas un recién nacido que un niño de un año, un padre de 36 años o un abuelo de 70...

        ¿Qué haríamos los conductores sin unas señalizaciones, unos mapas de carreteras o un buscador GPS que nos indicaran como llegar a un destino determinado, alejado y desconocido por nosotros? Nos perderíamos y llegaríamos más tarde y con más desazón si es que antes no hubiéramos sido víctimas de un accidente de tráfico, haciendo un mal cambio de sentido en una autopista. Por esto, antes nos informamos del recorrido y del camino que debemos hacer. En la familia pasa igual nos informamos, escuchamos, estudiamos pros y contra, etc.… y luego marcamos el camino a seguir.

        Seamos amigos de los hijos sin perder la ilusión del liderazgo, un liderazgo fundamentado en el espíritu de servicio y ganado con esfuerzo y entusiasmo Así recibiremos siempre de ellos su reconocimiento, cariño y amistad.