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Contra la violencia en la educación
La solución de un niño espabilado |
Desde que Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, anunció su intención de tramitar una Ley de Autoridad del Profesor para reforzar la condición de autoridad pública a los profesores, el debate sobre si es ésta la solución para evitar los gravísimos sucesos acaecidos en nuestras escuelas en estos últimos años, hace correr ríos de tinta y debates en programas de televisión. Yo misma he empezado varios artículos reflexionando sobre temas como "qué entendemos por educación", "qué tipo de hombre estamos formando", "qué papel juega la autoridad, el respeto y el prestigio de los padres y profesores en la educación de nuestros hijos". Esta mañana, en uno de esos ratos de silencio, tan necesarios para mi salud mental y espiritual, he recordado un cuento que leí hace unos años, y que nos plantea, de forma sencilla y clara, la solución a todo este despropósito. Dice así:
Moraleja: Cuando consigas arreglar al hombre, habrás arreglado al mundo. | |||||
Los valores siempre serán valiosos |
Y para ello, nada mejor que seguir los consejos de Benedicto XVI: "Los valores más grandes del pasado no pueden ser simplemente heredados; debemos hacerlos propios y renovarlos a través de una decisión personal, que a menudo es costosa ( ) Ahora bien, cuando se tambalean los cimientos y faltan las certezas esenciales, la necesidad de esos valores se siente de manera urgente: en concreto, aumenta hoy la exigencia de una educación que sea realmente tal. La piden los padres, preocupados y con frecuencia angustiados por el futuro de sus hijos; la piden tantos maestros, que viven la triste experiencia de la degradación de sus escuelas; la pide la sociedad en su conjunto, que ve cómo se ponen en duda las mismas bases de la convivencia; la piden en su intimidad los mimos muchachos y jóvenes, que no quieren quedar abandonados ante los desafíos de la vida". Educar no es nada fácil, todos lo sabemos. Por ello, hablar de desarrollar en los niños y jóvenes aquellas virtudes humanas y sobrenaturales que son base y fundamento de la convivencia humana, es algo que vale la pena intentarlo. Y para ello, "no hay más que un camino para el progreso en la educación, como en todas las cosas humanas, y es el de la ciencia guiada por el amor", como solía decir el filosofo y escritor británico Bertrand Russell. | |||||
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