Reunidos ante la pantalla
La televisión es un invento que permite
que seas entretenido en tu salón
por gente que nunca tendrías en casa.

David Frost
Victoria Cardona VIDA DE FAMILIA
Conciliar la vida familiar
Victoria Cardona

 

 

Cuando el invitado puede ser un desconocido

        Me preguntaron hace poco en una entrevista presentando mi libro Conciliar la vida familiar, por qué era tan entusiasta de ver cine en el hogar reunida con los hijos. A raíz de esta pregunta os explico mi vivencia:

        Un día, veíamos la televisión la familia reunida con uno de nuestros hijos, que tenía entonces tres años. Era un programa donde hablaban de cuestiones de ortodoncia, y el presentador dijo: "Así quedan las mandíbulas de los niños que tienen la fea costumbre de chuparse los dedos". Quedamos todos muy impresionados. Para ilustrar aquel comentario había aparecido en la pantalla el esqueleto de un cráneo que hacía crujir los dientes del susto.

        Nuestro hijo nunca más se chupó el dedo. La tele le había influido. En cualquier caso, mi marido y yo habríamos preferido que hubiese dejado el hábito por otras razones más que por miedo, y si os cuento esta pequeña anécdota personal es para que no olvidemos la fuerza de las imágenes para hacer cambiar actitudes y hábitos desde la etapa infantil.

        Las imágenes quedan grabadas profundamente e influyen en nuestros hijos e hijas con mucha fuerza (recordemos el dejar de chuparse el dedo el crío de 3 años). Los adultos tampoco estamos exentos de haber cambiado de actitud por haber recibido algun impacto positivo de algun valor y que haya servido de pauta para alguna actuación de nuestra vida, especialmente relatos que nos han animado a hacer algo mejor en bién de los demás.

        Algunos contenidos de la televisión no tienen carácter estético ni artístico. No tendríamos que permitir jamás que a través de la "caja tonta" entre en nuestros hogares un lenguaje grosero o sucio, la violencia o la falta de estética. Cuando no podamos estar al lado de los hijos viéndola, se podrían estar tragando programas que les pueden asustar cuando son pequeños o, de adolescentes, modelos personas que de equilibradas tienen muy poco. A veces uno se pregunta: ¿Cómo es posible tanto despiste para invitar al salón de nuestro hogar a un perfecto desconocido?

Aprovechar la ocasión

        Antes de que esto suceda es aconsejable tener a mano una videoteca para niños y niñas. Trilogías de aventuras como las de Tolkien o La guerra de las galaxias, y algunas películas del director Spielberg son ideales para adolescentes, y para niños, dibujos como los Óscar de Disney, Pingu, Telettubbies, Las tres gemelas u otras que fomenten los buenos sentimientos, valores y buen humor.

        Bien, no nos pongamos trágicos y seamos positivos, ya que siempre podemos aprovechar la televisión para dialogar. Un comentario de nuestro hijo puede servir para observar su manera de entender el mundo y así conocerlo mejor y aprender la manera de tratarlo. Preguntas oportunas como: ¿qué piensas sobre esta tema?, ¿qué habrías hecho tú en este caso?, son mucho más educativas que apagar de golpe la televisión o ir poniendo cara antipática durante todo el tiempo que permanecemos sentados en el sofá de casa junto a la familia.