Doctores John y Lyn Billings
Moral conyugal
Emilio Palafox Marqués
La voz del Papa
Más allá del sí, te quiero
Aníbal Cuevas

 

 

 

 

Siempre abierto a la vida

        En la sobremesa, como para zanjar el tema en debate, alguien recordó el refrán: "sobre gustos no hay nada escrito…"; pero terció el de enfrente: "hay mucho escrito…, pero tal vez tú no lo hayas leído"… Auque el refrán defiende la justa libertad de opciones en lo opinable, al utilizarlo para justificar el desinterés por la verdad, por ejemplo la moral conyugal, merece ese afectuoso reproche. Entérate, infórmate bien, estudia. ¡No temas a la verdad que libera!

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        Es necesario formar rectamente la conciencia para obrar con acierto. Sobre moral la conyugal existe un documento básico, la carta encíclica "Humanae vitae" (HV), sobre la procreación humana, del papa Pablo VI, cuyos 40 años de promulgación acabamos de celebrar el 25 julio 2008. Su interés rebasa los límites de la moral católica y alcanza a la sociedad entera, porque toda persona, antes de contraer matrimonio y durante su vida conyugal entera necesita seguir las señalizaciones seguras, como quien viaja por carretera, si no quiere accidentarse.

        La Iglesia católica se ha tomado la molestia de estudiar y resolver acertadamente los problemas de la moral sexual y especialmente la trasmisión de la vida dentro del matrimonio. La HV, con base en la naturaleza humana que es invariable (lo bueno y lo malo para la persona y la sociedad siguen siendo bueno o malo), y en continuidad con una sabiduría ética que atraviesa los tiempos, las culturas –hebrea, griega, cristina–, y sobrevuela las montañas, enseña que "todo acto matrimonial debe quedar abierto a la transmisión vida". Para ser digna –es decir, humana–, esa relación debe inscribirse en el compromiso de un amor fiel y exclusivo, y acoger el deseo de la procreación y educación de los hijos.

        Frente a la presión ideológica laicista que predica el libertinaje y no sólo justifica, legaliza y promueve la corrupción de las costumbres, la ética conyugal de la HV ofrece el camino –difícil y seguro, posible y bello– que sienta las bases de la familia, bella piedra miliar de la sociedad. "Lo que era verdad ayer, sigue siéndolo también hoy. La verdad expresada en la HV no cambia; más aún, precisamente a la luz de los nuevos descubrimientos científicos, su doctrina se hace más actual e impulsa a reflexionar sobre el valor intrínseco que posee", enseña Benedicto XVI (10-V-2008).

        Es así como la HV descalifica el uso de los anticonceptivos y el recurso al aborto, como falsos caminos para resolver cualquier problema conyugal.

Algunas ideas básicas

        Al defender la estabilidad matrimonial y advertir que el divorcio enferma el tejido social y destruye el equilibrio personal de los hijos afectados, hace una llamada a la preparación previa de los futuros esposos, también en una moral de abstinencia sexual y de total respeto mutuo. El noviazgo es escuela y práctica de virtudes humanas y cristianas, recibidas y vividas ya en la intimidad familiar, enriquecidas durante ese periodo por cada uno de los novios. Para los cristianos que se preparan al sacramento del matrimonio es el noviazgo un tiempo privilegiado que comporta frecuentar la lectura, la oración personal y en familia, y optar por la dirección espiritual y la comunión eucarística.

        Ante la necesidad de espaciar la venida de los hijos en algunos casos, el recurso a los períodos infecundos (nunca a los anticonceptivos, al condón o al aborto) une estrechamente a los esposos mediante un amor maduro y fiel que concede especial belleza y seguridad al hogar. Se hace aquí referencia al aborto porque esa práctica acecha siempre como fiera al noviazgo y al matrimonio, y hay fármacos anticonceptivos y dispositivos que también son potencialmente abortivos (aunque algunos lo nieguen), como la píldora del día siguiente o el dispositivo intrauterino, DIU, al impedir la implantación de óvulo fecundado.

        Ante el doloroso problema de la incapacidad para procrear en un matrimonio, la ética conyugal enseña que las prácticas de fecundación artificial "in vitro" (FIV o FIVET) sólo son espejismos, una costosa solución aparente. La fecundación "in vitro" corrompe el amor conyugal al suplantar la unión de los esposos por una técnica de laboratorio, manipula los embriones humanos como si no fueran humanos, y la actual técnica en uso lleva consigo multitud de abortos provocados; abortos de hermanitos de quien logre sobrevivir, bebés que se desechan como material de laboratorio o se comercian para fabricar cosméticos.

Referencias concretas y válidas

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        A quien alegara que la moral conyugal sólo es cuestión de opiniones habría que proponerle: Lee la "Humanae vitae" sobre la regulación de la natalidad (25 julio 1978), de Pablo VI, calificada de profética. Lee la "Evangelium vitae" sobre la sacralidad de la vida humana (25 marzo 1995), de Juan Pablo II y sus intervenciones sobre la familia en su viaje a México (por ejemplo, Chihuahua, 10 mayo 1990). El Catecismo de la Iglesia Católica, números 2360 a 2391. Estudia a Benedicto XVI durante el Encuentro Mundial sobre la Familia (EMF), Valencia 2006. Para consulta Internet: http://www.vatican.va

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        Los Doctores John y Lyn Billings, matrimonio australiano, fundaron del Método Billings de Planificación Familiar Natural. Su trabajo permite que un sinnúmero de matrimonios sin hijos puedan lograr el embarazo por vía natural, y también ayuda a los casados que necesitan espaciar los hijos sin recurrir a métodos anticonceptivos que son además potencialmente abortivos