La violencia escolar
José Luis Mota Garay
Sin miedo a educar
Betsy Hart

 

 

 

 

El origen de los malos tratos casi siempre la familia

        Uno de los participantes en la Olimpiada de Biología, organizada en Las Palmas para los alumnos de Bachillerato y los dos últimos cursos de la Eso, clasificados en todas las Comunidades Autónomas, decía para el reportaje de Canarias7, sobre esta interesante iniciativa para promover vocaciones científicas: "Es estupendo estar en un ambiente así, donde puedes profundizar en una materia que te interesa y los demás no te llaman friki (o friqui, que de las dos formas se ve escrito), lo que antes era empollón, que en el argot de los adolescentes se dice del que está ensimismado en tareas que no coinciden con los intereses más comunes de la mayoría). Muchas veces, este tipo de alumnos destacados, en los estudios o aquellos con un comportamiento habitualmente educado y correcto, son objeto de acoso escolar; la principal causa es la envidia de alguno, o algunos, de sus compañeros que pretenden compensar su incapacidad para destacar en algo, haciendo la vida imposible a aquellos que hacen las cosas bien.

        No es lo mismo cuando los alumnos son más pequeños, de Educación Primaria, por ejemplo, con los que no se deben justificar los problemas de acoso diciendo que "esas peleas siempre las ha habido" o "ya se sabe que los niños son muy crueles", lo que por desgracia muchas veces es verdad. El Defensor del menor de la comunidad de Madrid decía en unas declaraciones que el 99% de los menores se porta bien. ¿Cómo se portan? Habría que preguntárselo a sus profesores, a los vecinos, o a esos 3.000 padres o madres que han presentado una denuncia porque sufren maltrato de sus hijos.

        Casi todo el mundo está de acuerdo en que la raíz y la solución del problema de la violencia escolar están en la familia. Maltratador en potencia es aquel al que en casa se le han dado todos los caprichos, no se le ha negado nada. Tengo yo un amigo vasco, padre de dos hijos anchos y fuertes, que me decía: sólo les pego a los hijos cuando me mienten o faltan el respeto a su madre. Si un hijo no ha sido corregido severamente cuando le ha faltado el respeto a su madre, ¿cómo nos extrañamos cuando no obedece a su profesor o abusa de sus compañeros?

        Es verdad que el mejor ambiente para educar es el cariño, pero el cariño debe ir unido a la exigencia, que a veces reclama unas penas o un castigo por no haber cumplido lo que se le había dicho; todo ello viene bien que vaya acompañado de un razonamiento breve y claro que le dé explicación de por qué nos obliga a actuar así y qué es lo que se espera de él. El maltratado, como es la parte que sufre, parece que no tiene culpa de nada; pero también debe ser educado, no vaya a ser que su actitud orgullosa de "sabelotodo", o su desprecio, por considerarse distinto o superior, sea la causa que provoca el rechazo en los demás.