"En efecto, en el año 1968, un reducido núcleo
de padres empezaron el primer curso de orientación familiar,
aplicando a la formación de la familia el sistema que tantos
frutos había dado en la empresa: el método del caso,
lo que constituía una auténtica novedad.
(Estos)
cursos nacieron para ayudar a los padres a mejorar y fortalecer
su vida de familia y maduraron al impulso de las propias familias
promotoras, mediante la progresiva introducción para su análisis
y debate de los problemas/situaciones que se iban produciendo en
sus propias familias y en las familias ordinarias de su entorno,
en la familia natural.
Comenzó
con un curso básico, hoy tenemos 7 cursos para matrimonios
con hijos de edades comprendidas en diferentes franjas, desde 0
a 4 años hasta, secuencialmente, adolescentes, jóvenes,
e incluso existe un curso para abuelos jóvenes. En este conjunto
pronto se vio la necesidad de elaborar un curso de Amor Matrimonial,
que hoy es clave en el panorama de la orientación familiar.
La
experiencia de muchos años me permite afirmar que la profesión
"oficio de padre" y la profesión "oficio de
madre" lo son realmente, y que la secuencialidad y especialización
de los cursos desde la infancia hasta la universidad es una herramienta
de gran eficacia y ayuda para que los padres puedan formar a sus
hijos según las necesidades y conveniencias de cada etapa
en el desarrollo de su personalidad.
(
)
Marido y mujer también pueden tener y con frecuencia
tienen grandes diferencias en sus conocimientos, experiencias
y capacidades educativas. También aportan un distinto bagaje
de experiencias de su infancia y juventud. Esta diversidad, lejos
de ser un obstáculo, es una riqueza que hay que explotar
en beneficio de la familia, pero pide un método de aprendizaje
flexible.
El
aprendizaje debe servir a la formación intelectual de los
padres, pero, mucho antes y con mayor razón, a su formación
práctica en el desarrollo de actitudes y capacidades.
¿Cómo
ayudar, entonces, a quienes acuden a los cursos a ser un padre profesional
y una madre profesional con "oficio" para una vida de
familia verdadera?
La
aplicación del método del caso a la formación
de la familia debidamente adaptado facilita la transmisión
de experiencias, tanto las positivas como las negativas, entre los
participantes, con un moderador especialista que ordena el debate.
En
nuestra vida de familia el saber es importante, el saber hacer es
indispensable y el querer hacer es determinante. A estas tres áreas
los anglosajones las llaman "know", "know how"
y "want".
"Sistema
F", con "F" de familia, es la denominación
que hemos acuñado para esta metodología.
Se
parte siempre de un caso una historia de familia real,
que se trabaja en 4 fases:
1.
Estudio/trabajo individual de marido y mujer, para que cada miembro
del matrimonio haga su aportación personal.
2. Diálogo
matrimonial, para lograr la unidad de criterio indispensable en
educación.
3. Debate en equipos
de cinco matrimonios en sus hogares, coordinados por un jefe de
equipo veterano, en un clima de confianza y amistad. El jefe de
equipo, de quien solo se requiere que sea experto en amistad, es
la figura clave de todo el sistema.
4. Sesión
general los quince matrimonios juntos (3 equipos) moderado por un
experto que, si hace bien su trabajo, logrará que las mejores
aportaciones procedan de los matrimonios participantes.
(
)
Y la finalidad del curso, como se puede adivinar, no es transmitir
conocimientos, sino hacer trabajar a padres y madres juntos, a través
de un aprendizaje activo, participativo, intercomunicativo, de modo
que sean ellos los auténticos protagonistas y quienes aporten
las mejores soluciones, ideas y consejos en un ambiente de absoluta
autonomía y libertad, con la vista puesta en que cada cual
desarrolle su propio proyecto educativo y de mejora personal y no
cometan el error de importar a su familia un modelo extraño
que alguien pretenda transmitirles.
Las
discusiones a veces intensas favorecen un aprendizaje
muy práctico, y los matrimonios se involucran de verdad y
con profundidad en los pequeños detalles de la vida de familia.
Aprenden a aprender juntos, fortalecen su capacidad de diálogo,
para después poner en práctica todo aquello que han
visto durante las distintas fases del curso.
(
)
Como decían los clásicos: "Primum vivere, deinde
filosofare". No para soportarla
con resignación
¡NO! Sino para quererla, desearla y enamorarnos cada día
un poco más de la maravilla, de nuestra maravillosa vida
de familia".