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Fundamentalmente estoy implicada en tratar de llevar la paz a Israel, pero también colaboro con Greenpeace y con otras causas sociales. Mi objetivo en esta vida es tener un alto nivel de integridad.
Le adoraba, le quería muchísimo, era impresionante. Me reuní con él varias veces e incluso bendijo a mis hijos. Y eso me impresionó mucho y se lo agradecí aunque nosotros no somos católicos, somos judíos.
De los hombres...
Él creía en la conexión entre las diferentes
culturas y religiones. Trataba siempre de destruir barreras entre
la gente. Era muy cálido, me hablaba en hebreo y siempre que
nos encontrábamos lo primero que me decía era: "Noa,
¿cómo están mis amigos de Israel?"
¿De Arafat? (sonríe) ¡Qué descanse en paz!
He cantado ante muchas personalidades, pero quizá la persona que yo prefiero, de la que tengo un recuerdo muy especial es de Bill Clinton, una persona extraordinaria.
Nos utilizamos mutuamente, está claro. Y tiene que ser así.
Es pediatra y una gran persona, está muy unido a mí y a nuestros hijos.
Sí. Ser madre es mi prioridad. La maternidad me ha enseñado humildad y cuál es mi lugar en el mundo. Ahora, sin mis hijos sería una desgraciada y sin la música, también.
Sin duda, y compongo mucho en mi estudio de casa. No quiero perderme la infancia de mis hijos y nunca pensé que fuera tan difícil el reto de conciliar trabajo y familia. Voy muy lenta, pero si el mundo de la música quiere esperarme, bien; si no, también bien.
En la judía. Vivimos en Israel, cerca del mar, en medio de la naturaleza y están teniendo una educación maravillosa, son felices en el campo; no como yo que viví en el Bronx y tuve una infancia estresante.
La música puede hacer mucho para llevar la paz al mundo. Yo al menos intento que así sea, que las personas descubran las cosas que les unen y no las que les separan. | |||||||||||
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