MARÍA CALVO CHARRO / PRESIDENTA DE EASSE.
"En clases separadas aumenta el
rendimiento y mejora la disciplina"
Nació en Madrid. Está casada y tiene cuatro hijos. Ejerce como profesora titular de Derecho en la Universidad Carlos III. Entró en el mundo de las leyes con una tesis doctoral sobre el derecho ambiental. Ha publicado varios libros jurídicos, pero no se encontró con el gran público hasta que publicó 'Los niños con los niños, las niñas con las niñas' e 'Iguales pero diferentes. Cerebro, hormonas y aprendizaje' (Ed. Almuzara). Es presidenta de Easse: Asociación europea de colegios 'single sex'. Defienden una educación separada en función del sexo. La razón es puramente científica.
Alfredo Urdaci
Lunes, 24 de Septiembre de 2007 La Gaceta de los Negocios
Sin miedo a educar
Betsy Hart

        El jardín de la casa tiene un tobogán y unos columpios. Hace unas horas que los niños se fueron a la escuela. Son dos niños y dos niñas. Es el primer día del otoño y truena. Yo que me eduqué en aulas segregadas llego atento para escuchar las razones de quien propone volver a aquello de "los chicos con los chicos". Hasta Los Bravos de Mike Kennedy estarían en contra. Pero somos diferentes, y aprendemos de forma diferente.

¿Y en qué nos diferenciamos, además de en lo evidente?

        Somos iguales en derechos y deberes, en dignidad y en humanidad. Las metas son las mismas, pero el feminismo obligó a las mujeres a adoptar un rol masculino, a renunciar a la maternidad...

Dicen que ellas son de Venus y nosotros de Marte.

        La ciencia dice que el cerebro femenino y el masculino tienen diferencias en la forma de sentir, en la socialización, en la sexualidad... Las metas son las mismas: el éxito y la felicidad. Las formas de llegar varían.

Y por tanto usted postula un aprendizaje diferenciado.

        Los ritmos de maduración cerebral son diferentes. Las niñas van por delante de los niños. La precocidad femenina tiene una gran importancia en la escuela.

¿Razonamos de forma distinta?

        Las chicas tienen un pensamiento más inductivo, y en los chicos es más deductivo.

Y sin embargo las leyes pedagógicas les tratan igual.

        Los planes de igualdad no permiten captar el problema. Y por eso los chicos tienen más fracaso escolar. El fracaso escolar es en su mayor parte masculino.

¿Por qué?

        Los chicos se están quedando en la cuneta por incomprensión hacia sus actitudes y hacia sus aptitudes. La madurez de las niñas les genera más responsabilidad. Ellos necesitan más autoridad y más disciplina, porque el niño es un buscador de riesgos, un explorador constante.

¿Y no hay ninguna edad en la que nosotros tengamos ventaja?

        Cuando se llega a la pubertad, el cerebro masculino se anega de testosterona. Su capacidad de razonamiento abstracto supera a la de las chicas. Eso explica que se inclinen más por las matemáticas, y que las chicas vayan peor en números.

¿Y eso se traduce en términos de futuro?

        En España sólo hay un 24% de mujeres en ingenierías técnicas.

¿Y qué ventajas tienen las clases separadas?

        Aumenta el rendimiento escolar y mejora la disciplina. En barrios deprimidos como Harlem ha dado grandes resultados y líderes de la izquierda, como Hillary Clinton, están a favor.

¡La izquierda a favor!

        Tiene ventajas incluso contra la anorexia. En clases mixtas hay una edad en la que las chicas están más pendientes de su aspecto personal que de su desarrollo interior.

¿Qué pasa cuando el chico ve que ellas maduran antes?

        Crea frustración. Se sienten incomprendidos. Hay que tratarlos de forma diferente.

Y en esto no hay ningún criterio moral...

        En absoluto. Las diferencias son innatas. Tenemos un cerebro diferenciado desde la octava semana.