1. Hacer que
los alumnos traten de usted a los profesores. Que no les llamen
profe y seño sino profesor
o Sr. Mengano y Señorita o Señorita
Zutanita. No hacer caso cuando no sea así.
2. Los alumnos
tienen que dejar pasar a los profesores delante de la entrada a
un lugar o clase.
3. Que no haya
cosas en clase que hagan que sea un lugar sucio y abandonado, como
papeles en el suelo, restos de comida, de pipas, envoltorios, toallitas
para la nariz. Y hasta que no esté todo arreglado no empezar
la clase.
4. Que los
alumnos se sienten con normalidad: que no se apoyen en la pared,
que no estén hundidos en el asiento, que no estén
como echados sobre la mesa o apoyando la cabeza en ella. En definitiva
que estén sentados rectos en el asiento que además
es lo más sano para la columna.
5. Hacer borrar
y comentar que es de mal gusto, poner en la pizarra palabras o expresiones
como mierda, puta, caca de vaca
o similares. Ellos esperan nuestra reacción que ha de ser
la normal. Y castigar al que lo ha hecho si se sabe.
6. Hacer que
se acostumbren a no interrumpir cuando está hablando el profesor
o cualquier otra persona, y no atender al que interrumpe.
7. Avisar y
si hace falta apuntar el nombre de alumnos que alteran el orden
correr, saltar, pegarse, jugar a fútbol dentro
del edificio, tanto en pasillos como en clase.
8. No permitir
que digan al menos en nuestra presencia, palabrotas,
expresiones soeces, obscenas o blasfemias. Conviene hacer copiar
cien veces No diré palabrotas. Y si al día
siguiente no traen las copias, ponerle doscientas. Y si tampoco
las traen al otro día poner una sanción de mayor entidad.
9. Que los
alumnos se traten con respeto tanto en las palabras como en el tono.
No consentir los insultos. Las personas, como los caballos,
se dominan por la boca.
10. Amonestar
o castigar a los que se ríen cuando el profesor encarga algo
a algún alumno. Primero porque es una falta de respeto al
profesor, y por otra parte porque lo que pretenden es que el que
recibe el encargo se pique.
11. No dejar
que los alumnos estén sentados en el suelo ni en las
escaleras dentro del edificio.
12. No permitir
que un alumno mande a paseo a un profesor y mucho menos
delante de los demás. Debe ser motivo de un severo castigo
y constar como falta grave del alumno.
13. Procurar
que nuestro trato con los alumnos sea delicado y deferente, pero
sin querer hacerse el amigo ni el simpático, y que sea firme
cuando es necesario. Saber pedir perdón cuando hemos podido
molestar. Eso será una de las maneras que ellos tendrán
de aprender a disculparse cuando hayan sido un poco bruscos.
1. Exigir y
corregir, que la presentación sea normal en los exámenes
y trabajos. Si conviene hacérselos repetir (si son exámenes
hacer una fotocopia para que no puedan cambiar nada del contenido).
2. Corregir
las faltas de ortografía de los exámenes y los trabajos
con la mayor frecuencia posible, dejando que eso sea sólo
asunto del profesor de las distintas lenguas.
3. Revisar
de cuando en cuando los apuntes de los alumnos poniendo anotaciones
cortas.
4. Pedir siempre
que un alumno llegue tarde cuál ha sido el motivo y si procede
apuntar ese retraso de forma que a la tercera vez sin motivo suficiente,
se tomen las medidas oportunas.
5. Preguntar
con frecuencia a poder ser diariamente a unos cuantos,
tres o cuatro por ejemplo, lo que se explicó en días
anteriores, poniendo nota. De esta forma ven la necesidad de estudiar
i que se procura seguir su esfuerzo. Esto ayuda a dar seriedad y
responsabilidad a su trabajo y a no dejar el estudio para el último
momento antes del examen.