"Con esta asignatura el Estado quiere arrebatar a los padres algo que a ellos sólo les concierne: la educación moral de los hijos".
En defensa de la familia
Los padres están seriamente preocupados por el peligro de adoctrinamiento y captación al que se exponen sus hijos con la nueva asignatura "Educación para la Ciudadanía".
José Luis Mota Garay
Sin miedo a educar
Betsy Hart
La educación en peligro
Inger Enkvist

 

Derecho falso del Estado

        Estaba de profesor agregado en un instituto en Vizcaya. Era tutor de 1 de BUP y en una entrevista con una madre –sencilla, pero con mucho sentido común– me planteaba el siguiente problema: "Antes de empezar el curso, el instituto nos propuso la elección entre las asignaturas de Etica y Religión. Su padre y yo le dijimos: 'Mira, hija, la Religión ya te la hemos enseñado en casa; te puedes apuntar a Etica, y así aprendes cosas que te vendrán bien: las formas de gobierno, el respeto a los demás, ser honrada en tu trabajo...' Menos mal que mi hija tiene confianza conmigo y me cuenta todo; por eso sé que el profesor, al que le han asignado la Etica, les está hablando de unas cosas que yo he aprendido de casada, y otras... ¡ni de casada!". Bastaba dar un vistazo a los apuntes de los alumnos para darse cuenta de hasta dónde aquel hombre era capaz de corromper a sus alumnos de 14 años; el título de la primera lección: "Las perversiones sexuales en las sociedades primitivas".

        La nueva asignatura Educación para la Ciudadanía, de la réciente "Ley Orgánica de la Educación", se pone en marcha en el próximo septiembre para los cursos de la ESO. Muchos padres aceptarían como normal que se diera a sus hijos un conocimiento objetivo de los principios constitucionales, las normas de la convivencia, o lo que es la democracia. Algunos, sin embargo, piensan que esos contenidos entrarían más bien en asignaturas del área de Sociales; y los aspectos que se refieren a las actitudes en el comportamiento cívico y la convivencia es casi seguro que ya las impulsan el tutor y muchos otros profesores, durante sus horas de clase o de trato con los alumnos.

        Los padres están seriamente preocupados del peligro de adoctrinamiento y captación al que se exponen sus hijos. Dentro de los objetivos de la asignatura y de los libros de texto de "Educación para la Ciudadanía", hay tres áreas que se repiten con obsesión machacona: la ideología de género: el empeño de que no se nace hombre o mujer, sino que esa forma de comportarse se debe al ambiente en que uno ha sido educado; la educación afectivo-sexual que está orientada a que cada uno elija la inclinación que más le seduzca, tildando de "homófobo", y discriminando, a todo aquel que piense que la homosexualidad no es natural y puede por tanto corregirse con una educación adecuada. Y, en tercer lugar, El Estado se arroga el derecho de desposeer a los padres de la formación de la conciencia de sus hijos, siendo esto lo más sagrado que la persona tiene.

        Se encuentran los padres, por tanto, en una encrucijada, de la que deben salir con coraje, porque con esta asignatura el Estado quiere arrebatarles algo que a ellos y sólo a ellos les concierne: la educación moral de los hijos y la transmisión de los valores con los que se van a mover en la vida.