La elevada tasa de fecundidad es compatible con una alta participación laboral de la mujer.
Francia: Ni matrimonio ni adopción para uniones homosexuales

Valèrie Pecresse
Una comisión parlamentaria en Francia, encargada de hacer proposiciones para actualizar el derecho de familia y la protección del niño, ha decidido descartar el matrimonio homosexual y la adopción por parejas del mismo sexo. "No se trata de satisfacer una reivindicación de adultos. El prisma del informe es el interés del niño", ha declarado Valèrie Pecresse, presidenta de la comisión.
Pensando en el niño

        En este tema, dice Pecresse, "no hay más que dos posturas coherentes: o se autoriza el matrimonio, y entonces la adopción va unida a él; o se está contra la adopción, y entonces no se autoriza el matrimonio". Para la portavoz de la comisión, "la ley no tiene por qué dar consistencia a una reivindicación que se aleja de la verosimilitud biológica y que no es conforme a la verdad del origen del niño".

        Antes de emitir su informe, la comisión parlamentaria tuvo unas 150 audiencias con expertos y partes interesadas. En cuanto a la adopción, la mayoría de los miembros de la comisión se inclina por reservarla a las parejas casadas, que ofrecen mayores garantías de estabilidad. En la misma línea, también reserva la procreación por fecundación artificial a las parejas estables de hombre y mujer, y rechaza la posibilidad de la "maternidad sustitutoria". Su idea es mantener el modelo francés, que solo permite el recurso a estas técnicas por problemas médicos y no por satisfacer un "derecho al hijo". "No corresponde a la medicina hacer hijos sin padre", dice Pecresse.

Un pacto

        El informe propone dar nuevos derechos a los firmantes del "Pacto civil de solidaridad" (PACS), contrato que regula la vida en común entre parejas no casadas, del mismo o distinto sexo. El informe recomienda hacer del PACS "un contrato de pareja coherente, intermedio entre el matrimonio y el concubinato". Propone asimilar el régimen de los firmantes del PACS al de las parejas casadas, en materia de bienes, derechos sociales, derecho de sucesión, pero también en deberes de ayuda mutua. Recomienda que se reconozca la pensión de viudedad a los que han convivido bajo el PACS al menos durante cinco años.

        Sin embargo, y en contra de la petición insistente de algunas organizaciones homosexuales, el PACS seguirá siendo firmado en el tribunal de primera instancia, y no en la alcaldía, como sucede con los matrimonios.

        De las cien propuestas del informe, 50 conciernen a la protección de la infancia, 7 al modo de evitar los matrimonios forzados, y 43 al derecho de familia. En caso de separación, se mantiene la posibilidad de que los hijos queden en la situación de custodia compartida. También propone crear una "responsabilidad parental delegada", que recaería en un pariente que se ocupe regularmente del niño, para facilitar los actos de la vida cotidiana (autorizar una salida, acompañarle al hospital, relacionarse con la escuela...).

Fuera del matrimonio

        En materia de inseminación artificial o de donación de óvulos, se podría crear, a título experimental, una doble vía, distinguiendo entre donantes anónimos y donantes identificados. De este modo el niño podría conocer sus orígenes en ciertos casos.

        En asuntos judiciales, la comisión es partidaria de que el niño pueda ser escuchado en todo procedimiento que le concierna.

La situación de la familia en Francia

        El informe de la comisión analiza también los cambios que han tenido lugar en la familia en menos de dos generaciones.

        El número de matrimonios ha bajado un 30% desde 1970, a pesar del aumento de la población. El casamiento es también más tardío: 28,8 años en el caso de las mujeres y 30,9 en los hombres, seis años más que en 1970. También la edad media de la maternidad se ha retrasado hasta los 29,7 años, y la mitad de las mujeres que dan a luz tienen más de 30 años.

        Nueve de cada diez parejas comienzan como mera cohabitación, situación más duradera que antes. Paralelamente, el PACS se ha consolidado como una forma de regulación alternativa: desde su creación en 1999, se han firmado 170.000, de los cuales se han disuelto el 12%.

        "El matrimonio no se considera ya como una condición previa para tener un hijo", dice el informe. De hecho, cada vez nacen más niños fuera del matrimonio: si en 1970 eran el 7%, en 2005 han sido el 48,3% de los nacidos. En el caso de los primogénitos, el porcentaje sube hasta el 60%. En la mayoría de los casos (92%) esos niños son reconocidos por el padre.

Se dan todas las posibilidades

        En este aspecto, la situación de Francia contrasta con la de otros países europeos (Alemania, Italia, Grecia, Portugal, Bélgica, España...), donde más del 75% de los niños nacen de parejas casadas.

        La inestabilidad de las parejas va en aumento, ya sea en el matrimonio, la unión libre o el PACS. Si en 1970 se divorciaban 12 de cada 100 matrimonios, hoy se rompen 42 de cada 100. De las uniones creadas en torno a 1990, en forma de matrimonio o no, a los cinco años se habían disuelto el 15%, y a los diez años el 30%.

        Como consecuencia del aumento de las rupturas, cada vez hay más familias monoparentales (18,6% en 1999) y recompuestas. En 1999, más de un niño de cada cinco (tres millones en total) no vivía con sus dos padres. En las dos terceras partes de los casos, esos niños viven solo con la madre. Y en bastantes casos el contacto con el padre es poco frecuente: en torno a un 60% de los padres separados no llegan a ver a su hijo al menos una vez al mes.

        Las familias recompuestas son menos frecuentes: de los tres millones de niños que no viven con sus dos padres, 800.000 están en una familia recompuesta con los restos del divorcio, con un padrastro y a veces hermanastros.

        La gran ventaja francesa es su dinamismo demográfico. Mientras que la tasa de fecundidad media en los 25 países de la UE es 1,48 hijos por mujer, en Francia llegó al 1,94 en 2005 (solo superado en Europa por el 1,99 de Irlanda). Eso supone más de 800.000 nacimientos anuales. Pero la mayoría de las parejas se contenta con dos hijos: el 8,3% de los nacimientos corresponden a terceros hijos, la mitad que en 1968, cuando era más del 16%.

        Una particularidad de Francia respecto a otros países europeos es que su mayor fecundidad es compatible con una elevada participación laboral femenina: más del 80% de las mujeres de 25 a 49 años trabajan fuera de casa.