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La importancia de conocer |
Dedicando
tiempo y con observación y serenidad, no hablaremos a todos de
la misma manera, ya que consideraremos que son personas únicas,
irrepetibles y, por tanto, desiguales. Es una equivocación creer
que los padres tienen que educar a todos los hijos de la misma manera.
Por eso, hoy reflexionaremos sobre algunas particularidades del carácter
que nos sirvan de pauta para mejorar nuestra actuación, para
conocer mejor y comprender mejor a estos hijos. Es una herramienta de
la psicología que se tiene que utilizar convenientemente, con
sentido común, teniendo en cuenta que es sólo un apoyo,
ya que lo fundamental para conocer es amar a cada hijo como es y extraer
al máximo sus posibilidades.
Los tres rasgos característicos del carácter son, según Le Senne: la resonancia, la emotividad y la actividad. La resonancia es la repercusión que las impresiones tienen sobre el ánimo de cada persona. Hay personas que reaccionan más impulsivamente. En ellas las impresiones tienen un efecto inmediato y las olvidan al momento: las llamamos primarias. Y en los que reaccionan de una manera más reflexiva, las impresiones perduran en su conciencia e influyen en su conducta, incluso cuando ha pasado mucho tiempo: las llamamos secundarias. Por ejemplo, si a una persona primaria le dan un pisotón en el autobús, su reacción será de protesta pero, antes de llegar al final de su trayecto, ya lo habrá olvidado. Una persona secundaria, en cambio, con el mismo pisotón, no dirá nada, pero el disgusto le durará un rato después de pasarle este hecho. De una manera sencilla, aquí tenemos la diferencia. Igualmente, ante una ofensa recibida, el que es primario olvidará fácilmente, pero no así el que es secundario, que vive más del pasado. | |
Las diferencias se notan |
Con respecto a la emotividad, hemos de tener en cuenta que el emotivo se conmueve por todo, aunque a veces no se note. Tiene cambios de humor, inquietud, impresionabilidad. En una familia, viendo toda la misma película y con la forma de reaccionar ante una escena, captaremos la emotividad de cada uno, por la forma de reaccionar distinta. El no emotivo, ya lo dice la misma palabra, no se conmueve fácilmente. Se muestra normalmente tranquilo y de humor poco variable. La actividad es lo más difícil de averiguar. Podríamos confundirla con el movimiento continuo de las personas impulsivas o nerviosas. Puede decirse que el activo tiene que obrar constantemente, que incluso en el tiempo libre busca situaciones para actuar; mientras que el inactivo es una persona que actúa poco, y cuando lo hace es, especialmente, por afán de superación, por amor, por obligación o por cumplimiento del deber, aunque puede estar sin actuar mientras deja correr la imaginación o descansar sin hacer nada. El activo lo hace por el placer de actuar. El inactivo no tiene esta inclinación. | |
Como punto de partida |
Normalmente en todos los tipos de carácter, es de gran ayuda saber animar a los hijos y también valorar la sociabilidad, para que no se centren exclusivamente en si mismos. El deporte y el excursionismo, así como otras actividades que se hacen en grupo, serán muy beneficiosas para la convivencia con los demás. Tenemos un abanico de posibilidades para desarrollar su personalidad, que los padres tenemos que ir descubriendo. Todos estos apuntes sobre caracterología pueden servir de información. Éstos son los rasgos principales del carácter. Servirán para identificar la manera de ser y, sobre todo, para comprender no sólo a nuestros hijos sino también a nuestra familia y a las personas con las que nos relacionamos. También para aceptarnos a nosotros mismos. Nunca colocaremos ninguna ''etiqueta'' a nadie porque todo es susceptible de mejora. Todas las personas tenemos capacidad para mejorar y rectificar, si estamos oportunamente motivadas. | |
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