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Vivir educando de acuerdo con los tiempos | La
fotografía que ilustra este tema, a muchos padres y madres nos
arranca una sonrisa y también nos conmueve la alegría
de estas criaturas que nos demuestran dos cosas: por un lado que entre
estas niñas hay una buena relación de compañerismo
y por el otro que las tenemos en la edad de oro; queremos expresar que
es aquella edad de pocos cambios de humor, de aceptación de las
pautas establecidas en el hogar, de tranquilidad i de buena armonía.
Seria la edad ideal para preparar la adolescencia, un tiempo de rebeldía,
que siempre ha existido, pero que hoy por el contexto social en que
vivimos se hace más evidente, ya que las normas existentes en
familia se ven perjudicadas por estilos de vida, no habituales, pero
si ensalzados en algunos canales de televisión. Nuestro buen
humor y alegría serán efectivos para educar a nuestros
adolescentes.
Hace años nuestros pequeños y jóvenes podían irse educando por su entorno social. Era, en frase de José Antonio Marina, que escuché hace poco en un debate en televisión, ''como dejarse llevar, surfeando por las olas''. No era necesario que los padres anduvieran preocupados ya que el ambiente les era favorable en la transmisión de valores. Hoy, en primer lugar los padres y en segundo lugar la escuela, somos los auténticos protagonistas de la educación de chiquillos y de adolescentes que deben educar por contagio. El ambiente, a veces hedonista y materialista, que influye en algunos jóvenes podría estropear en el caso de no estar atentos muchos de nuestros esfuerzos y aportar modelos inconvenientes para su formación. | |
Algunas ideas prácticas | Destaquemos
a continuación algunas sugerencias para ayudar a padres y madres
en la etapa adolescente de los hijos:
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Una actitud activa, comprensiva y paciente | Y,
¿qué podemos hacer cuando no sabemos como resolver alguna
dificultad? Una respuesta la podemos encontrar en apartarse un poco
del problema, estudiarlo de lejos y afrontarlo con buen animo y, sobre
todo, cuando no podemos remediarlo solos, saber pedir ayuda a personas
de nuestra confianza, primero y por supuesto al cónyuge, al tutor
o tutora, que conoce bien a nuestro hijo y su comportamiento en la escuela,
y si con estos medios aún no lo hemos podido aclarar, pedir consejo
a orientadores familiares o médicos.
Es cuestión, ante todas las circunstancias seguir adelante y con buena cara. Conviene tener una actitud positiva y alegre para actuar con serenidad. En la etapa adolescente de nuestros hijos es importante confiar y no pensar mal. Nos abrirán su corazón cuando quieran, siempre que vean que nos fiamos de ellos. Entonces será el momento del encuentro y la verdad del padre y de la madre lucirá mejor si es defendida con paciencia, comprensión y coherencia. Esta verdad la hemos de hacer compatible con la valentía para tener sinceridad y hablar de lo que creamos necesario; también par saber dejar tiempo para la reflexión de los jóvenes. Y recordemos a Séneca: ''Sea esta la regla de la nuestra vida, decir lo que sentimos, sentir lo que decimos. En suma que la palabra esté de acuerdo con los hechos''. | |
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