Educar.es: “Esfuerzo = Alegría”

Josemanuel Tarrío www.PiensaUnPoco.com

Un fin en sí mismo

        Y continuando con ideas referidas a chavales más crecidos: adolescentes o jóvenes.

        1.- Esfuerzo no significa triunfo. Y en este aspecto tenemos, padres y educadores, que ser muy sensibles.

        Porque el esfuerzo necesita ser valorado por sí mismo y no por sus resultados. Si algo caracteriza a un joven es su marcado sentido de la justicia. Si valoramos resultados en lugar de esfuerzos, estaremos educando en una caricatura de este valor. El esfuerzo es un fin y no un medio.

No confundir el todo con la parte

        2.- El esfuerzo no es una obligación.

        Hay expresiones que reflejan un fondo positivo pero que resultan, en estos tiempos, estériles para educar a los chavales:

        “Esfuérzate, que esa es tu obligación. Tú dedícate a estudiar que no tienes ninguna otra obligación”.

        Olvidemos argumentos de este tipo. Vendamos mejor nuestro producto porque es posible y merece la pena.

        “¿Y cómo que el esfuerzo no es una obligación?” No lo es porque la obligación implica la coerción de una ley y esto de educar no se formula con leyes sino interiorizando, como propio, algo.

        “Si te esfuerzas, ganarás en cotas de libertad”: esto sí que lo entiende cualquier niño. Se trata de conseguir lo mismo pero siendo más audaces.

        “¿Y cómo que mi hijo no tiene otra obligación que el estudio? Ya estoy yo para encargarme del resto”. Pues eso. Que así no funcionan ya las cosas. Tu hijo no es sólo alumno. Es una persona que se dedica al estudio como actividad profesional. Pero su vida es mucho más rica que el solo hecho de estudiar.

        No podemos reducir el ámbito vital de un joven. El estudio, esforzado, es una parte de su vida pero no su vida entera.

        Y, en todo caso, si esto último no te convence, al menos reflexionemos en la línea de tener claro que el estudio, en todo caso, es una responsabilidad –entre otras– que debe tener un chaval.

Es positivo

        3.- El esfuerzo no supone renuncia

        Porque implica, más bien, todo lo contrario. Y, sin embargo, cuando hablamos a los chavales del esfuerzo le hablamos de renuncia y, a veces, mostramos un panorama tan negro y triste que se quitan las ganas de esfuerzo alguno.