La persuasión de la verdad

Alfonso Aguiló
Libertad y tolerancia en una sociedad plural: el arte de convivir
Alfonso Aguiló

        —¿Y cómo explicas que la brutalidad del aborto, que, según dices, debiera ser tan clara, sea negado por tantísima gente?

        La historia demuestra que cada época se caracteriza tanto por sus intuiciones como por sus ofuscaciones. Eso explica que pueblos enteros hayan podido a veces permanecer, durante períodos muy largos, sumidos en desviaciones sorprendentes. Baste recordar los duros debates que en su momento se produjeron en torno a cuestiones hoy felizmente –casi– superadas, como la esclavitud, la segregación racial, la tortura, etc.

        Y es que, como ha señalado Antonio Orozco, hay verdades que resultan más simpáticas y agradables en cierto momento, y se estudian más y se hacen más patentes.

        En cambio, hay otras que son igualmente verdaderas, pero que contrarían actitudes y hábitos arraigados, y no se está fácilmente dispuesto a reconocerlas.

        Muchas verdades pueden ser olvidadas, e incluso suplantadas por errores, puesto que, lamentablemente, no siempre hay una relación directa entre la verdad y el número de personas a las que persuade.