Reality Shows: Invasión a la intimidad personal

“El sabio consejo de nuestros antepasados –'hay que guardar el corazón con siete cerrojos'– está pasado de moda. Hoy se usa ventilar los asuntos más íntimos y personales ante cualquiera que quiera escuchar... o pagar. Algo pasa. Porque lo propio del ser humano es defenderse de las miradas y oídos intrusos. Y aunque simplemente podría tratarse de un singular negocio –pagar y lucrar con la intimidad propia o ajena– hay más: es tanta la soledad y la vanidad del hombre de las ciudades modernas” Lecaros, J.

Por Ma. del Rosario G. Prieto
Los más altos precios por lo nunca vendido         Al encender el televisor nos encontramos con una tendencia cada vez más pronunciada a revelar lo más íntimo del ser humano. Ahora, ya no bastan las telenovelas, los programas que manejan alguna situación de la vida real, ni siquiera los talk shows, ya nada de esto es suficiente para que la televisora, sea cual sea, se enriquezca a mayor grado. Para darse una idea de las cifras que se manejan: la emisión de un final de este tipo de programas alcanzan en nivel de audiencia a la final del Super Bowl y la entrega de los Oscar; además, como ejemplo, la CBS cobró a los anunciantes hasta 600.000 dólares por cada propaganda de 30 segundos transmitida durante el último programa… sin duda un gran negocio.

        La intimidad está ahora invadida por los medios técnicos de comunicación. En busca de lo más diferente y atrayente, los mass-media juegan una batalla en la que lo que se encuentra en juego es la persona humana y el blanco su intimidad. De un lado por la perfección de estos medios para penetrar en lo que parecía impenetrable; y de otro porque hay gentes que están especulando con su intimidad, especulando e incluso cotizándola materialmente.

Con o sin consentimiento

¿Qué son los reality shows?

        Son programas de televisión que muestran a individuos comunes en distintas situaciones de la vida real, espiados por cámaras, con o sin su consentimiento. Estos programas pueden seguirse a través de televisión de paga las 24 horas del día o bien en horarios determinados destinados por las televisoras, así como consultarse vía internet en la mayoría de los casos.

        Varios han sido los países en los que se han desarrollado programas de este tipo, entre los que destacan Holanda, Suecia, Austria, Alemania, Dinamarca, Estados Unidos, Argentina, Uruguay, España, México, Portugal, Brasil, Chile, Venezuela, Colombia y Rusia.

La falta de intimidad institución

El origen y la mecánica de estos programas

        En septiembre de 1999 la televisión holandesa tuvo la idea de homenajear la novela de George Orwell, "1984", creando un programa de televisión cuyo nombre hacía alusión a uno de los personajes del libro. En dicha novela el autor imaginaba cómo sería el mundo en el año del título (la escribió en 1948) y en esa predicción veía a los hombres viviendo bajo la vigilancia de alguien que todo lo veía y controlaba, llamado el "Gran Hermano".

        Desde que la televisión holandesa puso al aire "Big Brother", varias han sido las variantes de programas de este tipo, que se emiten por cadenas como la CBS, ABC, NBC, Terra España, Telecinco, Fox, Televisa, TV Azteca, SKY, canal Court TV, etc. Y son programas que tienen ciertas reglas, en general son personas desconocidas que tienen que convivir en una casa llena de cámaras de televisión que registran todos sus movimientos, hasta en los últimos rincones, noche y día. La teleaudiencia vota por teléfono o por Internet a quién se debe eliminar cada semana hasta llegar al ganador; o bien se eliminan mediante un “Consejo” formado por los mismos integrantes que votan de modo secreto a quien eliminar.

Siempre más de lo mismo en sus innumerables variantes

Casas, Islas, hospitales, ómnibuses y más…

        Los escenarios son de lo más variados, es impresionante, todo se ha hecho de tal forma que la gente “no se aburra” y las temáticas van desde la convivencia diaria, la vida en un gimnasio, en un camión, en una isla, en un hospital… tal parece que los medios no importan, lo que importa es la suma de dinero que gana cada concursante o participante y obviamente la televisora.

        “Big Brother”, "Survivor", "Supervivientes: Expedición Robinson": Versión española de "Survivor", "Expedición Robinson": Versión argentina de "Survivor”, "El Bus": donde se filma a los pasajeros de un ómnibus, "Cops": se trata de videos tomados durante el arresto de individuos en estado francamente lamentable, “La Academia” y “Operación Triunfo”: programas en los que “se busca talento artístico- musical”, "Big diet": Un grupo de personas con sobrepeso conviven en un gimnasio en el que son continuamente tentados con comida, "Destination Mir": Registrarán la vida de voluntarios aislados en un centro de adiestramiento para misiones aeroespaciales. "Cadenas de amor": Los participantes deben pasarse cinco días unidos con grilletes en las muñecas y en los tobillos, con el objetivo de que encuentren el amor. "Hopkins 24/7": Programa que muestra la realidad misma que se vive en un hospital. Se ve a pacientes que sufren verdaderos ataques cardíacos, operaciones de tumores malignos, etc. Estos autorizan a que se los grabe. "Dulce revancha": Una persona disgustada con un miembro de su familia o compañero de trabajo podrá hacerlo quedar en ridículo, usando una cámara oculta. "Confesiones": Auténticas confesiones de asesinos, grabadas en video por fiscales de distrito.

        Es verdaderamente una pena que lo más ínfimo del ser humano se exponga de tal manera: el sufrimiento, la tristeza, el llanto, el dolor, el enojo, las locuras, los resentimientos y más, se ha caído en lo más bajo y es una hecho deplorable por donde se vea desde las personas que se prestan a ello y desnudan su ser, las televisoras que hacen de la intimidad, de la vida y del horror humano un negocio y de aquellos que miran estos programas, pues en el fondo no hay nada que pueda enriquecerles, al contrario.

Pobre gente

Perfil de los integrantes para asegurar el éxito del programa

        Los participantes son cuidadosamente seleccionados, ya que esta selección es la que determina el éxito del programa.

        Investigando de manera superficial el perfil de ciertos participantes de los programas de televisión llamados “reality shows” con sus respectivas variantes, se encontró que son personas que han crecido bajo un ambiente no muy propicio para el desarrollo de los valores fundamentales, ya que provienen de familias desintegradas, de ambientes extremos o actividades extravagantes. Lo importante es que tengan “algo” que llame la atención, no importa lo que sea y que estén dispuestos a todo, a “desnudar su vida”; al fin, los encargados de los medios de comunicación saben que es mucha la necesidad de intimidad que tiene el ser humano y que cuando ésta es pobre en su propia vida, la busca en las vidas ajenas; así que, confiados están en que los espectadores no dudaran en ver tantas y tantas historias e intimidades plasmadas en una pantalla chica o grande.

El tráfico de la intimidad parece ser una moda

        La intimidad y los medios de comunicación

        “Se debe guardar la justa reserva respecto a la vida privada de la gente. Los responsables de comunicación deben mantener un justo equilibrio entre las exigencias del bien común y los derechos particulares. La ingerencia de la información es condenable en la medida en que atenta contra la intimidad y la libertad de la persona” Catecismo de la Iglesia Católica, no. 2492.

        Así, Lecaros, J. afirma que “La tendencia actual es mostrar las emociones y sentimientos a quien pasa por nuestro lado. La prensa, la radio, la televisión y los, tan de moda, grupos de "búsqueda interior" sólo reflejan un comportamiento de la gente actualmente: en una reunión de amigas, durante el café en la oficina y hasta en la comida más formal, cualquiera se entera del comportamiento sexual del vecino, de los íntimos deseos de otro, del "pecadillo" del de más allá. Todo puede decirse, todo puede mostrarse. Los medios de comunicación reflejan un estilo de vida, así lo que la sociedad más valora, lo guarda para sí y lo que menos, lo muestra sin problemas. Por ejemplo, un conocido futbolista no tuvo reparos en hablar de sus relaciones prematrimoniales en una entrevista, pero no quiso decir cuánto ganaba".

        Participar en un programa de estos o verlo, lejos de ser una “gracia” o un “privilegio”, no es siquiera ético pues se trata de la invasión a lo único de lo que es poseedor total el hombre, su intimidad, su ser, aquello a lo que nadie tiene acceso más que uno mismo; y es increíble que uno renuncie a sí mismo por cierta cantidad de dinero: así sea mucho jamás podrá compararse en lo más mínimo, hay una distancia total. La intimidad una vez perdida ¿Cómo recuperarla?

        Ahora se ha desnudado el alma del ser humano y se ha invadido la intimidad personal, los reality shows evidencian que la intimidad es un derecho en crisis, algo que puede ser objeto de comercio y discusión pública.

        “El comportamiento del sistema en relación al derecho a la intimidad recuerda a los mercados financieros: la mejor forma de apropiarse a bajo precio de valores bursátiles es convertirlos en bonos basura. Al devaluar la intimidad, es más fácil comprarla. Convertirla en basura es un paso previo a su destrucción total” Sánchez, C.

El pudor personal dice todo del valor con que uno estima su propia persona

Intimidad y pudor

        La auténtica vida íntima es eso que es "muy mío", lo personal, el núcleo interno “es aquello que existe para ser donado a un ser particular y no a una masa de desconocidos: sólo así se establece una relación. Mientras más intimidad posee una persona, más rica es su vida privada y su vida pública, pues mayores son sus posibilidades de diferenciarlas” Soria, C.

        "El mundo íntimo no es algo que deba exhibirse. Sólo puede ser revelado en las circunstancias adecuadas y a la persona adecuada según las circunstancias: un amigo verdadero, el cónyuge, el confesor, algún familiar..." Isaacs, D. Solo "en aquellos casos en que ello pueda favorecer la mejora personal o el bien del prójimo" como los testimonios y las biografías constituyen la excepción.

        La palabra "pudor" es asociada, negativamente, con tabú y represión. Sin embargo, "el pudor –en parte innato y en parte fruto de una educación deliberada– es el que enseña a seleccionar lo que de verdad es incomunicable y de qué modo y en qué circunstancias pueden comunicarse algunas cosas sin que la persona sufra detrimento alguno.
El pudor preserva la intimidad de la persona. Designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado. Ordena las miradas y los gestos en conformidad con la dignidad de las personas y con la relación que existe entre ellas. CEC, no. 2521

        “Existe un pudor de los sentimientos como también un pudor del cuerpo. Este pudor rechaza, por ejemplo, los exhibicionismos del cuerpo humano propios de cierta publicidad o las incitaciones de algunos medios de comunicación a hacer pública toda la confidencia íntima” CEC no. 2523.
Cuanto más rico es un personaje, más amplitud y valor tiene lo íntimo y, por ello, el sentido del pudor es más fuerte. Las personas carentes de auténtica vida interior, son más fácilmente proclives a descubrir su intimidad, precisamente por ser muy pobre, muy poco valiosa a sus ojos. No se aprecian en lo que valen y así no temen perderse ante las miradas igualmente frívolas de los que se interesan por esas intimidades tan vacías e inconscientes afirma Antonio Orozco en su libro "Una crisis de intimidad".

        Ahora bien, “La pureza cristiana exige una purificación del clima social a una información cuidadosa del respeto y de la discreción. La pureza de corazón libera del erotismo difuso y aparta de los espectáculos que favorecen el exhibicionismo y los sueños indecorosos” CEC, no. 2525.

        Ante cualquier duda frente algún programa televisivo, alguna película o espectáculo recordemos que “No debemos consentir más devaluaciones de nuestro derecho a la privacidad. Si la intimidad es un valor intrínseco a la dignidad humana –y quizás el último baluarte de la dignidad– debemos luchar para situarla al mismo nivel que nuestro derecho a la vida y a la libertad. Porque es precisamente eso lo que nos estamos jugando” Sánchez, C.

        La intimidad no sólo hay que tenerla como algo propio e intangible, sino que también hay que protegerla, que salvaguardarla. En otras palabras, la intimidad, para que sea respetada, hay que hacerla respetable. Se trata de un problema moral y, si es verdad que la moral no puede ser impuesta por la Ley, también lo es que en la vida del hombre público su moral privada forma parte de su personalidad, de su imagen, de su responsabilidad.

        El ejercicio de algunas virtudes puede relacionarse con el crecimiento y preservación de la intimidad, como lo son: la castidad, la pureza, el pudor, la paciencia, la modestia, la templanza, la fortaleza, la caridad, la discreción, la mortificación.

Un asunto que depende de todos

Concluyendo...

        Los Reality Shows continuarán su expansión en un mundo hastiado que busca cada vez nuevas (y no siempre mejores) formas de entretenimiento. La televisión es un industria, y depende de nuestro consumo el éxito o fracaso de estas formas de exposición de la intimidad. A simple vista es solo "entretenimiento", pero en un análisis más profundo es un puente hacia formas de "entretenimiento" cada vez más denigrantes. Debemos cuestionarnos seriamente si este es el tipo de televisión que queremos.