Luis Chillida: «Mi padre está ahora en las manos de Dios».

La jaula de la libertad                

Selección de Almudena Ortiz 20.08.02 www.PiensaUnPoco.com

Con fe ante la muerte         Este titular apareció en el diario ABC el pasado 16 de marzo, cuando nuestro genial escultor sufrió una grave afección pulmonar. Ahora que nos ha dejado, se puede decir que como él anhelaba y su hijo decía se “encuentra ya definitivamente en las manos de Dios”.

        Reproducimos, por su interés, las declaraciones de su hijo Luis en aquellos momentos de extrema gravedad e incertidumbre.

        Abc. San Sebastián, 16.III.-«Mi padre está ahora en manos de Dios», señaló ayer Luis, hijo de Eduardo Chillida, durante la rueda de Prensa que ofreció en el hospital donde fue internado el escultor en San Sebastián. Luis Chillida evocó a su padre como una persona creyente «que está llegando al límite de su vida».

        Al cierre de esta edición, Eduardo Chillida continuaba en la Policlínica de Guipúzcoa en estado «gravísimo», según el parte médico dado a conocer por el director del centro sanitario, Antonio Arraiza, y por el jefe del servicio que le atiende, Fernando Neira. El artista ingresó el pasado miércoles en la Unidad de Cuidados Intensivos: presentaba «un proceso bronconeumónico con insuficiencia respiratoria severa y arritmia completa por fibrilación auricular, con insuficiencia cardiaca biventricular».

Su momento de las preguntas no contestadas

Preguntas sin respuesta

        Luis Chillida atendió ayer a los medios de comunicación y confirmó que su padre había sido trasladado a una habitación de planta por deseo de sus familiares, que quieren tenerlo cerca en este momento límite de su vida. Luis, uno de los ocho hijos de Eduardo Chillida y de Pilar Belzunce, que dirige el museo Chillida-Leku de Hernani, agregó que el estado de salud de su padre «empeora bastante rápidamente» y está en las manos de la Providencia. El hijo del artista repasó tanto la faceta personal como artística de su padre, al tiempo que subrayó que Eduardo Chillida era muy creyente. Por esta razón, explicó, todos sus hermanos han sido educados en la religión, por lo que, a su juicio, «la vida de su padre está en estos momentos en otras manos y no sabemos lo que puede pasar. Afortunadamente mi padre ha sido siempre creyente y en este momento está en las manos de Dios». Añadió que su progenitor «siempre ha tratado de buscar los límites y hacerse preguntas que nunca ha sabido responder: «Ahora está llegando al «límite» de su vida, pero a la vez al principio de otra nueva vida, en la que quizás pueda encontrar respuestas a muchas de esas preguntas que se ha hecho siempre en su trabajo», subrayó.

Un guiño del "Peine del Viento"         Luis pidió respeto a los medios de comunicación, ese «respeto que habéis demostrado hasta ahora», al tiempo que les agradeció su interés por el estado de su padre, «porque esto no se sabe si va a durar un día, unas horas, no lo sabe nadie. Si vais al «Peine del Viento» y lo filmáis cuando ya haya llegado la hora, espero que se producirá alguna señal, algún guiño, como despedida de la escultura a mi padre». Luis Chillida destacó que, en cualquier caso, la faceta de «escultor y persona pública» de Eduardo Chillida «estará siempre con nosotros», ya que su obra y su trabajo «permanecerán un poco con todos». Y reconoció que su madre, Pilar Belzunce, sus siete hermanos, los más de veinte nietos, y sus familiares y amigos íntimos están atravesando un «momento muy duro», puesto que son conscientes de que se trata de la despedida del artista.