Entre muy pocos
Alfonso Aguiló
Carácter y acierto en el vivir:100 relatos y reflexiones sobre la mejora personal

 

 

 

 

 

El cimiento del carácter

        Junto a las aguas del Pacífico, un día de otoño de 1523, un grupo de soldados cansados y harapientos marcha errante en busca de un gran imperio que no aparece. Hasta ahora no han encontrado mas que dificultades. Sus compañeros de conquista han sido el hambre, enfermedades, unas horribles emboscadas, traiciones... y la muerte.

        Muchos llevan tiempo hablando de renunciar. La situación se hace insostenible. Hay que volverse, dicen; no tiene sentido continuar así; es una locura.

        Pero Pizarro no es hombre de rendiciones. Sabe lo que quiere y tiene una decisión y un empuje a toda prueba. Cuando parece perdida toda esperanza y nadie piensa ya sino en dar marcha atrás, protagoniza aquel episodio de inesperada audacia que ha quedado como uno de los gestos más gloriosos que se recuerdan.

        Desenvaina su espada, traza con ella una larga línea en la tierra, de oriente a occidente, y lanza su reto: —"Amigos, allí está el Sur. Por ahí se va hacia la muerte y hacia la gloria. Por este otro lado, hacia la comodidad y la molicie. ¡El que tenga corazón, que me siga!".

        Hubo instantes de duda. Nadie se atrevía a traspasar esa raya que tanto significaba. Pero finalmente unos pocos superaron el miedo y continuaron con aquella empresa que verdaderamente era una locura. Fueron trece, los trece de la fama, cuya audacia fue premiada con una hazaña que asombraría al mundo.

        No todos los gestos de audacia a lo largo de los tiempos han sido premiados igualmente, pero es indudable que el mundo se mueve arrastrado por personas con carácter. Las mejores páginas de la Historia se han escrito entre muy pocos. Las han protagonizado personalidades geniales que han dado un estilo propio a cada lugar y a cada época. Son biografías que emergen llenando de colorido civilizaciones enteras, modelos de conducta en los que hay mucho que admirar e imitar. Y estos grandes personajes conocieron en su vida —como cualquiera— momentos de aridez o de desastre en los que todo les parecía inútil o imposible; pero su espíritu inquebrantable y su grandeza de ánimo hicieron posibles esos imposibles, las realizaciones más elevadas, las más grandes empresas de todos los tiempos.

        Por eso hablaremos de fortaleza y de generosidad, de templar la voluntad, de tener carácter, de ser magnánimos. De aspectos que son fundamento sobre el que construir una persona, cimiento firme para ser soporte del resto de las virtudes y cualidades, y que se logran con un continuado ejercicio de la voluntad: un entrenamiento que nunca acaba y que dice mucho de la valía de la persona.