¿Servir yo? ni que fuera criada

El día que TODOS nos responsabilicemos de servir, ese día, se dará el tan ansiado y mentado "cambio".


Rosa Martha Abascal de Arton
Periodismocatólico.com
Aclarando conceptos

        "Ahora las mujeres estamos liberadas, no estamos para servir". "El poder hay que disfrutarlo, servirse de el" "Un político no está para servir, para eso están los burócratas de poca monta".

        Esta es la filosofía de muchos hombres y mujeres que se sienten degradados, denigrados, por la simple insinuación de que el ser humano, en general, está para servir.

        1. Siervo, servir sin voluntad propia, esclavitud, ser utilizado como medio, humilla al que utiliza y al utilizado, pues un ser humano, jamás puede ser usado como medio, ya que la persona es un fin en si mismo. Kant lo expresa así: "la humanidad misma, es una dignidad, porque el hombre no puede ser tratado por ningún ser humano (ni por otro ni por si mismo) como un simple medio, sino siempre a la vez como un fin, y en ello estriba su dignidad".

        Karol Wojtyla, lo dice aún más claro: "nadie tiene derecho a servirse de una persona de usar de ella como un medio, ni siquiera Dios su creador".

Vileza         2. Servil, el que aparenta servir para beneficiarse y sacar "raja" deshumanizándose y denigrandose. Esto es aún más indigno que el ser siervo, por eso, se desprecia a quien se autoesclaviza para beneficiarse, pues se está vendiendo como una mercancía, se está corrompiendo en lo más profundo de su ser pues está traicionando su propia esencia humana.
Mayor categoría         3. Servir, con voluntad propia, por el bien del otro, perfecciona al que sirve, solo un ser humano que se posee así mismo, puede darse libre y responsablemente a ota persona, servir a alguien, es muestra de gran riqueza interior, porque la autodonación voluntaria para ayudar a los demás, hace que el ser humano sea más hombre, pues se autoposee a tal grado que es capaz de servir a los demás consciente y libremente, haciendo realidad lo que dice Pascal "el hombre supera infinitamente al hombre" logrando que al servir el ser humano se autorrealice.
Un modo de perfección         Al servir, la Persona desarrolla y consolida principalmente cuatro hábitos buenos:
         1. Generosidad, olvidarse de uno para interesarse en los demás.
         2. Discreción, servir, sin ostentar, sin hacer sentir mal a quien se sirve.
         3. Prudencia, servir cuando oy como se debe servir.
         4. Amor, al preocuparse por darle a cada quien lo que necesita sin esperar recompensa.
La actitud marca la diferencia

        Querámoslo o no, todos en esta vida, con el simple hecho de existir, estamos sirviendo a los demás, pero de nuestra actitud hacia ese servicio en la familia, la escuela, el trabajo, la sociedad, el Estado, dependerá que seamos esclavos profundamente frustrados o servidores enormemente realizados.

        Un político, un maestro, un ama de casa, un niño que sirve, que vive para darse, según su edad y circunstancia, hace que su vida tenga contenido, sentido, dirección, riqueza y felicidad.

        El servir no humilla, engrandece, nadie sirve más, ni mejor, que aquel dueño de si, y por lo tanto, es más capaz de darse, como dice Eugen Minkowsky, "la vida está hecha para la entrega".

El mejor es el que mejor sirve

        El día que TODOS nos responsabilicemos de servir, ese día, se dará el tan ansiado y mentado "cambio", que deberá comenzar desde uno mismo, con espíritu de servicio, con dedicación plena a servir a la persona, a la sociedad, siendo fieles a los principios, a la profesión, a quienes servimos.

        Como dice Victor Frankl, toda vida adquiere significado solo en el ámbito del servir y del amar. No importa si se es barrendero o Presidente de la República, cada puesto es trascendente en la sociedad, no hay últimos lugares o profesiones menos importantes, porque los que así parecen, además de ser base de cualquier otra actividad, pueden ser los primeros en amor y entrega.

        "Si tienes muchos conocimientos y estás colocado en lo alto de la jerarquía social, no debes olvidarte, ni siquiera por un segundo de que cuanto más alto esté alguien, ¡más debe servir!". (Karol Wojtyla).