"Sólo hay una raza:
la raza de los hijos de Dios"

Almudena Ortiz.www.PiensaUnPoco.com

Que otros estén bien         Antoni Bosch, notario, 45 años y padre de 8 hijos, es Presidente de Iniciatives de Solidaritat i Promoció, una ONG que se propone fomentar todo tipo de actividades, trabajos y actuaciones de solidaridad. Por medio de dos centros de actividad, Braval y Terral, promueve el Voluntariado social. Actúa en el ámbito del apoyo socioeducativo a los jóvenes y facilitando su inserción en el mundo del trabajo. La mayor parte de sus actividades se llevan a cabo en El Raval, un barrio de Barcelona que viene sufriendo cierta marginación.

        —¿Un notario en actividades de “solidaridad”? No es muy corriente...

        —A saber, igual hay muchos. Es más divertida la solidaridad. Las personas siempre son más interesantes que los legajos ¿no le parece?

        —Sí, pero da más dinero lo primero...

        —...y también menos satisfacciones...

        —Claro, uno se siente a gusto haciendo el bien...

        —No. Uno se siente bien cuando están a gusto los demás. Puede probarlo...

Para todos y todos ganamos

        —¿En el Raval? ¿Por qué escogisteis ese barrio?

        —Es uno de los barrios con mayor demanda de acción social. Un alto grado de población es inmigrante, con graves déficits de todo tipo que está generando guetos, y con una elevada tasa de desocupación, que provoca marginación.

        —O sea, ayudar a los inmigrantes...

        —No. Se ayuda a toda la población. Algunos son inmigrantes y otros no. Además, no “ayudamos” a nadie, como mucho puede decirse que “tomamos la iniciativa”...

        —No entiendo...

        —Pues es sencillo. Se trata de colaborar por ambas partes, ellos parecen recibir más al principio pero luego somos una piña y, en realidad, todos hemos recibido mucho de todos y además ya “no hay partes”. Todos nos implicamos por igual.

El deporte lo une todo

        —Bien visto. ¿Pero cómo ponéis patas al asunto?

        —Con proyectos sencillos...

        —por ejemplo...

        —Con el Programa 1@1 intentamos motivar a menores de 16 años en sus estudios, transmitiéndoles una visión positiva y dignificadora del trabajo, con afán de superación y servicio.

        —¿Cómo?

        —Reciben un asesoramiento individual para superar la ESO, al tiempo que se les ayuda a adquirir hábitos de estudio y convivencia, y a conocer el país. Comenzó en enero de 2001. Participan 84 estudiantes de 14 países, atendidos por 63 voluntarios/as.

        —¿Otros programas?

        —El Deportivo Multiétnico. Participan conjuntamente jugadores procedentes de diferentes países y etnias. Se inició en el 98. Actualmente compiten 3 equipos de fútbol sala, 1 equipo de fútbol y 3 equipos de básquet, masculino y femenino. Participan 89 jugadores/as de 12 países, y está atendido por 16 voluntarios/as.

        —El deporte une...

        —Y mucho. Por ejemplo, desde el 2001 se juega un torneo de fútbol con los internos de la prisión de jóvenes de Barcelona, donde también hay muchos inmigrantes. Participan 26 voluntarios, mayores de 18 años, de 6 países.

Conglomerado heterogéneo de actividades y voluntarios

        —¿y en verano?

        —Tenemos un Programa de Verano de un mes de duración, donde se combinan los aspectos culturales, deportivos y convivenciales, junto con excursiones y actividades de conocimiento del país. El verano pasado hubo 150 participantes de 14 países, y fue atendido por 55 voluntarios/as.

        —¿Proyectos a la vista?

        —El Programa Ocupacional, por ejemplo, dirigido a jóvenes de 16 años o más que no han conseguido el graduado en ESO. Se les va a ofrecer una formación profesional básica para incorporarse al mundo laboral o proseguir sus estudios. Empezaremos el próximo curso.

        —¿Para todo esto contáis con expertos?

        —Claro. Los Programas los dirige un núcleo de profesionales, con la ayuda del Voluntariado. Actualmente contamos con más de 60 personas de todas las edades, procedencias sociales, opiniones y creencias, que han puesto su experiencia y sus aptitudes al servicio de los demás.

        —¿A tiempo completo?

        —Cada uno colabora en la medida de sus posibilidades y en el ámbito más adecuado a sus capacidades e intereses. Son un referente positivo para los jóvenes del barrio.

Hace falta implicarse

        —¿Y cómo surgió este tinglado?

        —Pues muy sencillo. Fue idea de algunos miembros del Opus Dei, movidos por las enseñanzas de su Fundador, Josemaría Escrivá. A él le gustaba hablar de que sólo había una raza, “la raza de los hijos de Dios”.

        —¿Antes dijiste que todos se implicaban? ¿Qué hacen los del barrio?

        —Que en cuanto pueden, muchos pasan a formar parte del voluntariado o de los profesionales y trabajan en la gestión.

        —¿Un ejemplo?

        —Un estudiante catalano-filipino, Hanz Magno, explicó su doble experiencia: primero como persona ayudada y después como voluntario que ayuda a los demás. Fue muy emocionante lo que dijo cuando inauguramos el nuevo local...

        —Sí ¿ y qué dijo?

        —“Animo a todo el mundo a que haga de voluntario. Todos son necesarios. Todos tienen cosas que aportar. Nunca es tarde para empezar; cualquier edad sirve, cualquier mañana, o tarde, o noche es buena. Esta tarde mismo ya podéis empezar!”

Cuando se respeta lo plural funciona

        —Eso está bien. Se habla mucho de que los de fuera deben adaptarse a nuestra cultura...

        —Yo prefiero hablar de multiculturalidad, de no discriminación, de remover barreras, de desarrollo intercultural, de convivencia multirracial, de superar la exclusión social, uno a uno, en plan de iguales.

        —Pero, ¿eso es posible?

        —Es lo más real. Todos aprendemos de todos, nos enriquecemos mutuamente, porque al final todos aportamos lo mejor de nuestra cultura y lo mejor de cada persona, que eso es lo importante. ...Otros planteamientos son muy teóricos.

        —Entonces, ¿esto funciona?

        —Sí. Lo cierto es que El Raval mejora. La inserción de los hijos de los inmigrantes, el voluntariado, la convivencia entre etnias, la reducción de la delincuencia son objetivos de Braval y Terral que están cambiando la vida del barrio... y la de todos los barceloneses que colaboran.

        —Pues ánimo con los proyectos.