Gibson considera que "el marido debería dejar el cuidado de su esposa a sus padres"
La eutanasia a Terri Schiavo, pendiente de un hilo: Mel Gibson se opone
El célebre actor y director de cine, autor de La Pasión de Cristo, se ha puesto en contacto con los padres de la mujer estadounidense en coma para manifestarles su apoyo, mientras se agotan las opciones para impedir que se le desconecte este viernes la sonda que la alimenta.
Víctor Ruiz
 

        Este viernes, 18 de marzo, está previsto que a las 13 horas se desconecte la sonda que alimenta, hidrata y mantiene viva a Terri Schiavo, la mujer estadounidense de 41 años que está en coma desde hace 15, pero con las constantes vitales estables. Si se cumple la autorización dictada por el juez de Florida George Greer, cumpliendo los deseos del esposo de Terri, Michael Schiavo, ésta pasará por una dramática agonía de varios días antes de morir.

        Entre las muchas muestras de solidaridad que ha recibido la joven condenada a la eutanasia, destaca la del actor y director de cine Mel Gibson, autor de La Pasión de Cristo, quien ha mostrado públicamente su repulsa hacia la sentencia y pide que se la mantenga viva.

Al cuidado de sus padres

        Después de hablar por teléfono con Bob Schindler, el padre de Terri, Gibson se ha dirigido por fax a la familia con un comunicado público en el que intercede por la vida de la joven. “Apoyo completamente los esfuerzos del señor y la señora Schindler para salvar a su hija, Terri Schiavo, de una cruel muerte por inanición... el marido de Terri debería dejar el cuidado de su esposa a sus padres para que reciba los tratamientos adecuados”.

        Los padres de Terri consideran que la decisión del juez Greer, favorable a Michael Schiavo, que ve en ella una carga, significa “el asesinato de una persona inocente”, ya que la joven no se encuentra en un estado vegetativo profundo, al poder reaccionar ante estímulos externos interactuando con el ambiente que la rodea.

“Eutanasia directa”

        Además de la repulsa de Mel Gibson hacia la condena, otras personalidades y asociaciones han mostrado también su rechazo, como en el caso del obispo Elio Sgreccia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, que ha señalado que quitar la sonda a Terri Schiavo sería un acto de “eutanasia directa”. “Hasta donde sabemos, prohibirle a alguien el acceso al agua y comida es lo mismo que matar a una persona. Sentimos que es nuestro deber afirmar que tal decisión atenta contra los derechos de Terri y por esa razón constituye un abuso de autoridad jurídica”, ha indicado el prelado, quien también considera que Terri “debe ser considerada como un ser humano vivo, sus derechos deben ser respetados y defendidos, sin importar su condición”.

        También grupos de jóvenes activistas cristianos han organizado diversos actos intercediendo por la salud y la vida de la joven en coma. En uno de esos actos, han entregado rosas mustias a los legisladores junto con notas que indicaban: “no alimentar ni echarles agua”, en clara alusión a la sentencia del juez Greer. “Ella no va a recibir ni agua ni comida, al igual que estas rosas, que tampoco tendrán ni agua ni alimento”, manifestaba Jesse Engle, de 18 años, al tiempo que hacía entrega de las flores.

Carrera contra reloj

        En lo que se puede considerar como una carrera contra el tiempo, los legisladores favorables a mantener con vida a Terri Schiavo han propuesto una medida que aseguraría el derecho a la alimentación de toda persona que se encuentre en estado vegetativo permanente.

        El senador Mel Martínez y el congresista David Weldon, han introducido el Acta del 2005 para la Protección Legal de personas discapacitadas, que concedería a personas en situaciones parecidas a la de Terri el derecho a la alimentación y los mismos derechos procesales concedidos a sentenciados a pena de muerte, aunque se duda de que pueda llegar a aprobarse a tiempo.