El resultado de muchas victorias sobre la muerte

Alfonso Aguiló
Libertad y tolerancia en una sociedad plural: el arte de convivir
Alfonso Aguiló

        Hace diez mil años, el planeta solo podía mantener a 4 millones de personas, y su esperanza de vida al nacer era de tan solo 20 años.

        En el siglo XIX, nuestro planeta era capaz de mantener a 1.000 millones de personas, y su esperanza de vida rondaba los 30 años.

        Ahora, nos acercamos a los 7.000 millones de personas en la tierra, y viven más tiempo y con más salud que nunca. La esperanza de vida alcanza casi los 80 años en los países desarrollados, y oscila entre 45 y 60 años en los países más pobres.

        Este avance ha sido posible sobre todo gracias a la reducción de las tasas de mortalidad infantil, que se deben fundamentalmente a las grandes mejoras en la agricultura, la sanidad y la medicina.

        El incremento de la población mundial es el resultado de muchas victorias de la humanidad sobre la muerte. Lo normal -afirma Julian L. Simon- sería que todos los filántropos dieran saltos de alegría al presenciar este triunfo de la mente humana y de la organización sobre las fuerzas de la naturaleza causantes de la muerte. En cambio, muchos se quejan de que hay demasiada gente viva para disfrutar de ese don, y se empeñan en implantar duras campañas de control de natalidad.