La persuasión de la verdad

Alfonso Aguiló
Libertad y tolerancia en una sociedad plural: el arte de convivir
Alfonso Aguiló

        —¿Y cómo explicas que la brutalidad del aborto, que, según dices, debiera ser tan clara, sea negada por tantísima gente?

        La historia demuestra que cada época se caracteriza tanto por sus intuiciones y sus aciertos como por sus ofuscaciones. Eso explica que pueblos enteros hayan podido a veces permanecer, durante períodos muy largos, sumidos en desviaciones sorprendentes. Baste recordar los duros debates que en su momento se produjeron en torno a cuestiones hoy casi felizmente superadas, como la esclavitud, la segregación racial, la tortura, etc.

        Y es que quizá hay verdades que resultan más simpáticas y agradables en cierto momento, y se difunden más y se perciben de modo más patente. En cambio, hay otras que son igualmente verdaderas, pero que chocan contra actitudes y hábitos más arraigados en esa época o lugar, y entonces no se está fácilmente dispuesto a reconocerlas. Muchas verdades pueden ser olvidadas, e incluso suplantadas por errores, puesto que, lamentablemente, no siempre hay una relación directa entre la verdad y el número de personas a las que persuade.