¿Es realmente posible esperar?

Alfonso Aguiló
Libertad y tolerancia en una sociedad plural: el arte de convivir
Alfonso Aguiló

        Bastantes personas entienden al principio el sexo como un modo de diversión más. Pero cuando piensan en encontrar a alguien con quien compartir su vida, cuando piensan ya en algo serio, es fácil que entonces comprendan que el valor de esa persona que están buscando tiene bastante relación con su capacidad de esperar, de guardarse para él.

        —Sí, pero esa persona de la que hablas parece que no ha logrado esperar y guardarse para el otro...

        Si no lo ha logrado hasta hoy, le recomendaría que al menos lo intente seriamente a partir de ahora. Si aún puedes -le diría- ofrecer tu cuerpo de primera mano a quien vaya a ser tu marido o tu mujer, tienes un tesoro muy valioso, consérvalo. Si no puedes decir ya eso, que al menos puedas decir un día que has logrado esperar por él, o por ella, los meses o años que aún te quedan.

        —Otros tienen miedo de perder a su novio o su novia si no acceden a tener relaciones sexuales. Si el otro les dice que "todos lo hacen", o "si me quieres, demuéstramelo", no encuentran argumentos para negarse.

        Pienso que debe plantearse al revés. Si hay amor, con la espera pasará la prueba de su rectitud. Si te quiere de verdad, no lo perderás, sino que adquirirá una estima mayor por ti. Verá que no te entregas a cualquiera, sino que te guardas para quien vaya a ser el padre o la madre de tus hijos.

        La Iglesia católica no aprueba las relaciones prematrimoniales precisamente porque tiene una enorme estima por el amor conyugal. Quiere ayudar a proteger y custodiar algo de lo que depende tanto para la propia pareja y para toda la sociedad.