DOLORES LOREDO FONSECA TETRAPLÉJICA CON DISCAPACIDAD SEVERA.

"Ramón Sampedro nos hizo mucho daño a tódos los que tenemos su misma lesión"

"Tengo, como él, afectadas las cervicales 6 y 7, pero yo hice rehabilitación y volví a trabajar".

En 1991 un accidente de coche le provocó la misma lesión del tetrapléjico más famoso del país, Ramón Sampedro. Como el gallego, cuya vida y muerte inspiraron la oscarizada `Mar adentro', la gijonesa Dolores Loredo Fonseca tiene quebradas las cervicales 6 y 7, lo que la obliga a utilizar una silla de ruedas. Sin embargo, mientras el protagonista de Alejandro Amenábar se pasó 28 años en una cama y se suicidó, la protagonista de esta entrevista decidió someterse a una intensa rehabilitación que, tras un año hospitalizada y cinco operaciones en las manos, le permitieron volver a trabajar como profesora en el Centro de Educación Especial de Castiello. Ahora, es secretaria de la Asociación de Vecinos de Viesques y vocal de la Asociación de Parapléjicos y Grandes Minusválidos (Aspaym).

Dolores Loredo, en el Antiguo Instituto gijonés.
CHELO TUYA.
26 de abril de 2005. El Comercio. GIJÓN
 

El espejo social de la mujer con gran discapacidad que presentó Aspaym, resume que ustedes viven en una cárcel social. ¿Es así?

        Todo lo que dice el libro, que es un análisis sociológico realizado con 25 mujeres que, como yo, tienen lesión medular, es cierto. Hay una cárcel social de la que es difícil, por no decir imposible, salir. Sin embargo yo no soy una carga para nadie, o intento no serlo. Pero ser independiente es muy caro. Sin recursos, tener independencia es imposible.

¿Cuánto le cuesta a usted su independencia?

        Muchísimo. Desde la silla, que es eléctrica y me costó casi 12.000 euros (dos millones de pesetas), hasta lo que nos costó cambiar de casa, para una adaptada, o el día a día, porque yo pago a una persona para que me atienda. Quiero que lo haga un profesional, no mi familia.

Su situación no es la habitual.

        Soy consciente de ello. La mayoría de las mujeres que están en mi misma situación son atendidas por la familia, porque la Administración no prevé que haya profesionales que nos ayuden en todo lo que necesitamos, que va desde el aseo personal, hasta levantarnos de la cama. Cosas muy personales que no tiene por qué hacerlas ni mi madre ni mi marido.

¿Cómo lo resistió su familia?

        Cuando tuve el accidente, en 1991, mis dos hijos, que son gemelos, tenían siete años. Fue muy duro, pero salimos adelante. Siempre quise que vieran a su madre, no a una silla de ruedas.

¿Y lo consiguió?

        Creo que hay una anécdota que lo resume todo. Al poco de sufrir el accidente, ya en mi silla, iba paseando con ellos por la calle
no conocía de nada. Sin embargo, ella, llena de compasión, se me acercó y me acarició, diciéndome: "¡Pobre, con lo guapina que eres, qué pena!". A lo que uno de mis hijos contestó: "Señora, pena la da usted, que lleva bastón y va sola, no mi madre".

En el libro ya citado, la mayoría de las mujeres que son tetrapléjicas tras un accidente ofrecen a sus maridos el divorcio. ¿Ha sido su caso?

        No. Nunca pensé en divorciarme, aunque sí entiendo que suceda. De hecho, en el hospital de Toledo vi a muchas firmar los papeles del divorcio en la cafetería. Es muy duro, pero es así. Aunque, cuando eso sucede es que la pareja ya no iba bien antes del accidente.

Tras ese accidente, usted sufrió una lesión similar a la de Ramón Sampedro.

        La misma. Tengo, como él, afectadas las cervicales 6 y 7, pero yo hice rehabilitación y volví a trabajar. Volví al Centro de Educación Especial de Castiello, donde era profesora ya antes del accidente, y estuve cuatro años.

¿No le gusta 'Mar adentro'?

        No. Ramón Sampedro nos hizo mucho daño a todos los que tenemos su misma lesión. Para mí, no es ningún ejemplo a seguir.