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José
Pedro Manglano, filósofo, teólogo y autor de unos 20 libros,
está teniendo un éxito notable en las librerías
religiosas con «El libro del matrimonio» (Planeta Testimonio).
Ya antes publicó "Construir el amor", sobre este tema.
En el libro, un personaje, Pipa (que tiene web propia: www.pipa.manglano.org)
se hace preguntas sobre el amor y el compromiso. Haciendo ficticias
entrevistas a parejas emblemáticas (el aviador Saint-Exupéry
y su esposa Consuelo; o Balduino y Fabiola, o personajes de la antigüedad)
Pipa va adentrándose en el sentido de esta institución.
Hemos querido hablar con el autor del presente y futuro del matrimonio.
- La Iglesia ve que la cohabitación prematrimonial es desaconsejable. Toda expresión de amor debe reflejar lo que vives. Decir "soy novio" es distinto que decir "soy una persona casada". No es coherente que quien no esté casado viva como un casado y se exprese como un casado. Además, la sociología ha mostrado que cohabitar hace más frágil la relación. En Inglaterra, el 40% de los hombres divorciados antes había cohabitado. Cohabitar es "querer probar" pero... ¿prueba una madre a su hija? No, la ama incondicionalmente. Y así debe amar un esposo, no poner a prueba. Una vez casados, los problemas se resuelven con amor, conversación, y ajustando el tú y el yo.
- Creo que sí, que se quedará, pero también creo que en la Iglesia católica nunca aceptaremos el divorcio. El matrimonio cristiano ha de ser indisoluble, porque refleja, como un icono, la unión de Cristo con la Iglesia, que es incondicional, indisoluble.
- Sí, porque un contrato se puede disolver de común acuerdo, pero el matrimonio no, aunque otorgue derechos y deberes. En el siglo XI algunos juristas empezaron a llamar "contrato" al matrimonio, pero era inexacto. Es una alianza, como la de Dios con los hombres, expresada con ritos y gestos sagrados. Los esposos se entregan el uno al otro. No se intercambian servicios ni cosas, sino que se intercambian personas: por eso es alianza, y no contrato.
- No sé si 6 meses o 4 meses, pero en Occidente es fundamental dar formación para el matrimonio. Un curso de un fin de semana es insuficiente. Incluso para la Primera Comunión exigimos 2 años. En el Reino Unido, el Center for Social Justice, del Partido Conservador británico, pide más apoyo a la formación prematrimonial, porque ahorra costes al Estado. También habría que fomentar más los centros de reconciliación para parejas en crisis.
- Claro, pero para eso hay que empezar teniendo claro que hay un modelo de familia deseable, estable, que se debe fomentar y proteger. En Estados Unidos y Reino Unido ya lo ven, pero en España aún estamos reinventando el matrimonio.
- En Francia tienen los PACS, "pactos de convivencia solidaria", que valen para parejas homosexuales, parientes o amigos que conviven, etc... Está bien, en el sentido de que tiene más sensibilidad jurídica, es una unión disoluble, sin requisitos. Es normal que el derecho regule distintas formas de convivencia con distintas fórmulas. Dicho esto, creo que los cristianos han de cambiar la sociedad desde el ejemplo de sus vidas, más que cambiando las leyes. Los cristianos han de dar ejemplo del matrimonio cristiano, mostrar que es hermoso. Eso es mejor, quizá, que crear por ley civil un matrimonio no disoluble.
- Es que, de hecho, los jóvenes siguen teniendo el matrimonio para toda la vida como su ideal. Ven a parejas de ancianos de 90 años tomados de la mano y les gustaría imitarles, mientras que nadie quiere imitar a los que van por su tercer divorcio. Tertuliano decía que el cristianismo no es osa de persuasión, sino de grandeza.
- Es un riesgo. Se supone que el párroco garantiza que se cumplen los requisitos. Aunque desde 1930 los protestantes aceptan la anticoncepción, la Iglesia católica nunca lo hará, porque banaliza el sexo y torpedea esa fábrica de amor que es el matrimonio. El amor sigue la lógica de la donación absoluta, y eso incluye estar abierto a la vida. La Iglesia católica se ha quedado sola en esta propuesta radical porque es la especialista en amor, y pone a la persona por encima del impulso sexual. Esto no podemos explicarlo dando teoría, sino mostrando nuestro modo de vida. Por eso en mi libro doy tantos ejemplos de parejas reales. | ||||||||
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