Vocación
Enrique Cases
Cómo acertar con mi vida
Juan Manuel Roca

        Los sentidos de la palabra vocación son muchos. Para algunos puede significar que se siente capaz y con aptitudes para una determinada profesión. Tiene mucha vocación, dicen del médico.

        Para otros, se usa el sentido más verdadero de ser llamado por Dios, pero restringiéndolo a los religiosos o los sacerdotes. Esta chica tiene vocación, dicen de la que quiere ser monja. Esta acepción dejaría a la mayoría de los fieles cristianos sin vocación divina, y no parece la más correcta.

        En sentido propio vocación es la llamada divina que Dios hace a todos y a cada uno de los hombres a ser santos y a una determinada misión en la Iglesia y en el mundo. A algunos los llama Dios al claustro o al monasterio, a otros al sacerdocio, a otros en las tareas del hogar, o a alguna de las mil profesiones de los trabajos humanos, pero a nadie deja de llamar Dios.

        El problema será saber cuál es la propia vocación, pues de ahí la vida adquiere la verdadera dimensión y sentido. Por una parte se vive la propia libertad en plenitud; por otro se vive la Voluntad de Dios que elige a los que quiere.