Si los sueños se hacen realidad, ¿después qué soñamos?
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Soñara poder seguir soñando

        Lo que importante de los sueños no es hacerlos realidad sino que al soñarlos nos hagan andar.

        Enero es promesa oliendo a culpa quemada. Lo equivocado que fuimos es cosa del pasado y a la inconformidad le llega su revancha. Por eso es bueno que los años terminen, porque así podemos decir "borrón y cuenta nueva" y, aunque el último segundo de un año se da la mano con el primero del siguiente, en ese apretón de manos nosotros damos un salto de la mediocridad hecha costumbre a la posibilidad de ser mejores, porque cada año el corazón retoña y le brotan flores, y con ese ramillete en el pecho de buenos propósitos y deseos seguimos caminando.

        Enero nos reencuentra con nosotros mismos pero, sobre todo, con quienes queremos ser; y volvemos entonces a soñar con los ojos abiertos los sueños que siempre tuvimos pero que ya habíamos dejado de soñar.

        Buscar, querer, ir hacia, en su forma de sueños, nos impulsan a seguir luchando por la conquista de un futuro mejor, cuyo advenimiento importa menos que hacernos andar pues, hasta el último respiro, nuestra gran responsabilidad habrá sido haber andado.

        Por eso, yo no brindo por la realización de sus sueños sino, más bien, porque éstos estén puntuales a la hora de las acciones, dándoles a éstas dirección y sentido en medio de la oscuridad.

        Y brindo también porque sigamos viviendo en un mundo en el que se pueda seguir soñando. ¡Salud!