Que "la vida nos lleva..." no es una sorpresa para nadie. Aquí nos encontramos, sin saber a cuento de qué o, al menos, sin que hayamos tenido nada que ver en nuestra presencia mundial. No nos pidieron permiso –no había a quién–, y aquí estamos. Me gusta pensar así las cosas, ahora que para algunos es decisiva la decisión personal para que algo que nos afecta sea tolerable. Libertad toda o, mejor, cuanto más mejor, dentro del razonable. Pero, por favor, no perdamos el sentido común.

        A lo que iba: que hace pocas semanas se me puso en bandeja, sin haber pensado en ello previamente, la posibilidad de tener un canal en YouTube. No es nada del otro mundo, habiendo miles de ellos en el nuestro, pero para alguien muy de provincias, un horizonte demasiado atractivo y excesivamente complejo.

        Luego, como se ha visto, la cosa no es para tanto. Sobre todo si, una vez comprendido su interés, se trataba de comenzar "de cualquier modo" y, por consiguiente, sin pretender hacerlo perfecto el primer día. Patentes quedan las deficiencias y no escasas. El tiempo y la paciencia, una vez más, juegan a mi favor, lo cual me anima. Y, por el momento, ahí "estamos", sin trampa ni cartón.

        A fecha de hoy, 8 agosto de 2009, he habilitado dos secciones: presentación y meditaciones, para que sea todo personal. Con la primera pretendo poner al visitante en antecedentes de esta sorpresiva –¡cómo no!– aventura sobre ruedas (18 años largos ya, quién lo diría); en la segunda medito brevemente, como lo vengo haciendo por escrito, acerca del evangelio de la Misa de los domingo y algunos otros días.

        Para más información www.youtube.com/user/fluviumorg