Vidas que merecen ser vividas
Entrecanales saluda a otro protagonista involuntario de "Desde la Orilla", un documental para conocer el daño cerebral. Hace tres años un accidente cerebrovascular, un ictus, truncó la vida profesional del entonces presidente de Acciona, José María Entrecanales. Ayer demostró que fue sólo un bache en su trayectoria vital.
Nuria Ramírez de Castro ABC, 25-10-2007
Sin Excusas
Kyle Maynard

 

 

 

 

Porque no se mata el espíritu

        Quienes conocen a José María Entrecanales saben que el sufrimiento se puede transformar en una vía de superación y de crecimiento personal. Él lo ha hecho desde que un ictus le obligó a pasar a su hijo el relevo de una de las compañías más importantes del país. Luchó por volver a ser el que era antes del accidente cerebrovascular y trabajó para que otros enfermos como él pudieran acceder a los mejores tratamientos de rehabilitación física y neurológica. Esa lucha, que ha llevado casi en silencio durante los últimos tres años, tuvo ayer su presentación pública. El empresario volvió al primer plano, pero esta vez lo hizo como protagonista involuntario y productor de un documental que es una mirada positiva a la discapacidad, un grito por la superación. Arropado por los suyos, por representantes públicos como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. por afectados como el Duque de Lugo, la película se presentó ayer en Madrid.

        "Desde la orilla" recoge su historia, su testimonio y el de tantos como él que han sufrido una lesión cerebral por un desafortunado golpe en la cabeza, un tumor o un accidente cerebrovascular como el suyo. "El motivo fundamental es transmitir a la sociedad que los discapacitados por ictus tienen la vida muy difícil, pero no por la enfermedad, sino porque la sociedad no está preparada para hacérsela más fácil", dice a modo de presentación en el documental. La enfermedad le mató algo físico, no el espíritu. "El ictus fue el final de un tipo de vida, ahora tengo una nueva", cuenta.

        En los 55 minutos que dura el documental se conocen historias como la de Antonio, a quien otro ictus le obligó a aprender de nuevo a leer, a escribir, a caminar. "Es un verdadero milagro que yo esté aquí". Lo cuenta después de que una dura rehabilitación le haya devuelto su vida casi a la normalidad.

        También se muestra la lucha de José Luis, después de que un traumatismo le dejara una grave lesión cerebral. "Tenía 24 años y empezaba a vivir. Ahora la calle es una jungla, me tocan, me desequilibran...". Son historias, rostros que ponen cara a los 150.000 españoles condenados por el éxito de la medicina, por la tecnología que logró salvarles un día de una muerte casi segura y les devolvió a su hogar, casi inmóviles o mudos. La rehabilitación para estos enfermos es su única baza, su esperanza para recuperar las facultades perdidas. Pero lo que debería ser un derecho no está al acceso de todos. Por eso, la película es también una llamada de atención para reclamar esa rehabilitación desde el comienzo de la lesión. Porque las vidas salvadas merecen ser vividas.