Anegada
en dolor, está María junto a la Cruz. Y Juan, con Ella.
Pero se hace tarde, y los judíos instan para que se quite al
Señor de allí.
Después de haber obtenido de Pilatos
el permiso que la ley romana exige para sepultar a los condenados, llega
al Calvario un senador llamado José, varón virtuoso y
justo, oriundo de Arimatea. Él no ha consentido en la condena,
ni en lo que los otros han ejecutado. Al contrario, es de los que esperan
en el reino de Dios (Lc XXIII, 50-51). Con él viene también
Nicodemo, aquel mismo que en otra ocasión había ido de
noche a encontrar a Jesús, y trae consigo una confección
de mirra y áloe, cosa de cien libras (Ioh XIX, 39).
Ellos no eran conocidos públicamente como discípulos del
Maestro; no se habían hallado en los grandes milagros, ni le
acompañaron en su entrada triunfal en Jerusalén. Ahora,
en el momento malo, cuando los demás han huido, no temen dar
la cara por su Señor.
Entre los dos toman el cuerpo de Jesús y lo dejan en brazos de
su Santísima Madre. Se renueva el dolor de María.
¿A dónde se fue tu amado, oh la más hermosa
de las mujeres? ¿A dónde se marchó el que tú
quieres, y le buscaremos contigo? (Cant V, 17).
La Virgen Santísima es nuestra Madre, y no queremos ni podemos
dejarla sola.
V/. Te adoramos ¡oh Cristo! y te bendecimos.
R/. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
1.
Vino a salvar al mundo, y los suyos le han negado
ante Pilatos.
Nos enseñó el camino
del bien, y lo arrastran por la vía del Calvario.
Ha dado ejemplo en todo, y prefieren
a un ladrón homicida.
Nació para perdonar, y
sin motivo le condenan al suplicio.
Llegó por senderos de
paz, y le declaran la guerra.
Era la Luz, y lo entregan en
poder de las tinieblas.
Traía Amor, y le pagan
con odio.
Vino para ser Rey, y le coronan
de espinas.
Se hizo siervo para liberarnos
del pecado, y le clavan en la Cruz.
Tomó carne para darnos
la Vida, y nosotros le recompensamos con la muerte.
2.
No me explico tu concepto de cristiano.
¿Crees que es justo que
el Señor haya muerto crucificado y que tú te conformes
con "ir tirando"?
Ese "ir tirando" ¿es
el camino áspero y estrecho de que hablaba Jesús?
3.
No admitas el desaliento en tu apostolado. No fracasaste,
como tampoco Cristo fracasó en la Cruz. ¡Animo!...
Continúa contra corriente, protegido por el Corazón
Materno y Purísimo de la Señora: Sancta Maria,
refugium nostrum et virtus!, eres mi refugio y mi fortaleza.
Tranquilo. Sereno... Dios tiene
muy pocos amigos en la tierra. No desees salir de este mundo.
No rehúyas el peso de los días, aunque a veces
se nos hagan muy largos.
4.
Si quieres ser fiel, sé muy mariano.
Nuestra Madre desde la
embajada del Angel, hasta su agonía al pie de la Cruz
no tuvo más corazón ni más vida que la
de Jesús.
Acude a María con tierna
devoción de hijo, y Ella te alcanzará esa lealtad
y abnegación que deseas.
5.
"No valgo nada, no puedo nada, no tengo nada, no soy nada..."
Pero Tú has subido a la
Cruz para que pueda apropiarme de tus méritos infinitos.
Y allí recojo también son míos, porque
soy su hijo los merecimientos de la Madre de Dios, y los
de San José. Y me adueño de las virtudes de los
santos y de tantas almas entregadas...
Luego, echo una miradica a la
vida mía, y digo: ¡ay, Dios mío, esto es
una noche llena de oscuridad! Sólo de vez en cuando brillan
unos puntos luminosos, por tu gran misericordia y por mi poca
correspondencia... Todo esto te ofrezco, Señor; no tengo
otra cosa.
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