Isidoro Zorzano
nació en Buenos Aires el 13 de septiembre de 1902.
Cursó el bachillerato
en Logroño, y estudió después en la Escuela de
Ingenieros Industriales de Madrid, donde obtuvo el título el
año 1927.
Su vida profesional
transcurrió primero en Málaga en la Dirección
de los talleres de los Ferrocarriles Andaluces y como profesor de
la Escuela Industrial de aquella ciudad.
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El
Siervo de Dios
Isidoro Zorzano
ORACIÓN
Dios
Todopoderoso, que llenaste a tu Siervo Isidoro
de abundantes tesoros de gracia en el ejercicio
de sus deberes profesionales en medio del mundo:
haz que yo sepa también santificar mi trabajo
ordinario y llevar la luz de Cristo a mis amigos
y compañeros; dígnate glorificar
a tu Siervo y concédeme por su intercesión
el favor que te pido... (pídase). Así
sea.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
De
conformidad con los decretos del Papa Urbano VIII,
declaramos que en nada se pretende prevenir el
juicio de la Autoridad eclesiástica, y
que esta oración no tiene finalidad alguna
de culto público.
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En un viaje a Madrid, en 1930, manifestó al Beato Josemaría
Escrivá de Balaguer, antiguo compañero de estudios en
el bachillerato, su deseo de entregarse a Dios en medio del mundo,
y pidió la admisión en el Opus Dei, que estaba entonces
comenzando. Isidoro siguió con su ocupación en Málaga
y luego se trasladó a Madrid, donde continuó trabajando
en empresas ferroviarias. En todas sus actividades dio testimonio
constante de su fe cristiana. Vivió ejemplarmente la diligencia
en el trabajo, la lealtad y el espíritu de servicio con sus
colaboradores, el amor a la justicia en la promoción de iniciativas
en favor de los más necesitados, la fe y la caridad a través
de labores de catequesis y de formación para los sectores más
abandonados de la sociedad.
Con su fidelidad,
Isidoro fue siempre un apoyo seguro para el Fundador del Opus Dei.
Durante los años de la guerra española (1936-39), en
Madrid, dio pruebas de heroismo en el amor a la Iglesia y en el celo
por las almas. Siguiendo con perseverancia las enseñanzas del
Beato Josemaría Escrivá de Balaguer, supo realizar el
trabajo en íntima unión con Jesucristo. Vivía
una presencia de Dios constante a lo largo de la jornada; su vida
espiritual estaba marcada por un sentido hondo y tierno de la filiación
divina, un amor grande a la Santísima Virgen, Madre de Dios
y Madre nuestra, y el deseo sincero de buscar la identificación
con Cristo por un intenso espíritu de mortificación
y penitencia.
Murió con
fama de santidad el día 15 de julio de 1943, después
de una enfermedad larga y dolorosa, sufrida con fortaleza y alegría.
La Causa de canonización
se inició en Madrid en 1948.
Se ruega a quienes obtengan gracias, por la intercesión
de Isidoro Zorzano Ledesma, que las comuniquen a la Vicepostulación
de la Prelatura del Opus Dei en España, calle Diego de León,
14. 28006-Madrid.
Con aprobación eclesiástica.