Holanda endurece ley sobre el consumo de marihuana
Carmen Montón
Con la Vida en los Talones: historias de superación y esperanza
Jesús Poveda y Silvia Laforet

        Holanda comenzará el año aplicando medidas legales restrictivas respecto a la venta y consumo de drogas. A partir de 2012 las coffeeshops serán establecimientos exclusivos para clientes con carné, y el número de miembros no podrá sobrepasar los 2.000. Solo los holandeses o residentes podrán pertenecer al club, con lo que los turistas extranjeros quedan excluidos.

        Cuando en 1976 se modificó la legislación de drogas, tolerando bajo ciertas condiciones el consumo de marihuana, esta contenía un 7% del principio activo tetrahidrocannabiol (THC); ahora, debido a la mejora de procesos de cultivo, contiene más de un 15% de THC, lo que supone “un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades psicóticas, dependencia y otros problemas”, según el estudio de una comisión gubernamental presidida por Henk Garretsen. Así que solo se podrá vender marihuana con menos de un 11% de THC. La que tenga más pasa a ser considerada droga dura y por tanto no permitida. Para vigilar esto, habrá controles más rigurosos en las coffeeshops.

        El gobierno también quiere evitar el contacto entre la droga y los escolares de primaria y secundaria. Así que las coffeeshops situadas a menos de 350 metros de un colegio tendrán que desaparecer a partir de 2014.

        Por último, el ministro de Justicia, Ivo Opstelten, ha anunciado penas mayores para plantaciones ilegales de marihuana, así como para las empresas intermediarias que alquilan locales, los distribuidores y quienes financian las plantaciones o se dedican al blanqueo de las ganancias. Por este motivo el 15 de febrero de este año, un equipo organizado para este fin desmanteló 19 plantaciones en los alrededores de Tilburg (Brabante).

        Estas medidas no pretenden modificar la tolerancia holandesa respecto al consumo de droga. Se dirigen a borrar la imagen que tiene Holanda de paraíso para consumir marihuana abiertamente, sobre todo en las ciudades fronterizas con Alemania y Bélgica. El 70% de los 4 millones de consumidores anuales de droga en las coffeeshops son extranjeros.

        El citado carné para clientes de coffeeshops ya estaba en uso en Maastricht debido a los problemas creados por los turistas extranjeros. Uno de los propietarios de un punto de venta denunció al municipio ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por discriminación. Pero este consideró lícita la medida, por reconocer el derecho de proteger el orden público, la salud y la lucha contra la droga de los países vecinos. En las tres provincias del sur, donde varias ciudades lindan con Alemania y Bélgica, la orden entrará en vigor el 1 de mayo. Para el año 2013, el Ministerio de Justicia holandés espera haber convertido todas las coffeeshops del país en clubes con miembros registrados.

        El problema que no aborda ningún gobierno holandés es el vacío legal que existe entre el cultivo, la comercialización y el consumo de drogas blandas. Los dueños de las coffeeshops tienen licencia para almacenar hasta medio kilo. Cada cliente puede consumir, en su interior, un máximo de cinco gramos de hachís. Pero lo que ocurre entre el cultivo y el consumo no está sujeto a tasas fiscales, y crea redes clandestinas de criminalidad. Estas se siguen multiplicando, pues si Holanda era país importador de marihuana en 1976, hoy día la exporta.