Estados Unidos: diputado republicano propone a la cruz de «Ground Zero» como monumento nacional
Jorge Enrique Mújica
John Henry Newman. Una semblanza
José Morales

        «Aseguraremos que este símbolo de libertad permanezca como un recuerdo de aquellos que hemos perdido y de los que quedan aún». Son palabras del diputado Michael Grimm, del Partido Republicano, refiriéndose a uno de los símbolos más conocidos de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York: la cruz de acero que quedó tras la caída del monumental edificio.

        A diez años del acto terrorista, el diputado republicano presentó una propuesta de ley, la llamada «9/11 Memorial Cross National Monument Establishment Act of 2011», para proclamarla monumento nacional.

        A pocos meses de la polémica suscitada por la denuncia irracional de la «Asociación Americana de Ateos» ante la Corte Suprema del Estado de Nueva York, pidiendo fuera removida «por constituir una violación de la laicidad de la Constitución de la Unión Americana y de la ley civil de Estado de Nueva York», llega esta iniciativa novedosa e inesperada.

        Elaborada por dos trabas de acero tomadas de los materiales demolidos de las mismas Torres Gemelas, la cruz de seis metros de alto fue colocada inicialmente a un lado de una iglesia cercana al «World Trade Center» y posteriormente trasladada al «National September 11 Memorial and Museum», lo que motivó la demanda del grupo ateo. La denuncia fue contestada con otra de la «American Center for Law and Justice», organización promotora de la libertad religiosa en el mundo.

        Al respecto, el diputado Grimm dijo en declaraciones recogidas por L´Osservatore Romano (cf. 09.09.2011, p. 6) que «considero reprobable el hecho de que este grupo deshonre los sentimientos religiosos de millones de personas con el único objetivo de ganar la atención mediática».

        Como refiere el mismo periódico, para los responsables del museo, la cruz de Ground Zero es «una parte importante del empeño por contar la historia del 11 de septiembre de un modo que ningún otro instrumento puede lograr». Un sacerdote católico, el franciscano Brian Jordan, bendijo la cruz antes de ser transferida al «National September 11 Memorial and Museum».