Cómo usar las nuevas tecnologías en la familia

Marianela Jaúdenes

Estamos en veremos...

        La audiencia de vídeo en Internet está batiendo récords. Los sitios de Google, con YouTube a la cabeza, canalizan el 42% del tráfico y se han convertido en cauce habitual para algunos públicos. YouTube nació en febrero de 2005, y tenía sólo 67 empleados cuando Google la adquirió el 9 de octubre de 2006 por 1.650 millones de dólares. Desde entonces, vuelca sus esfuerzos en generar un modelo publicitario. Los costes son elevados: cada minuto se cuelgan diez horas de vídeo en YouTube y el coste de “alojar clips” se cifra en 511 millones de euros al año. Para la publicidad es como un campo de minas. ¿Cómo situar anuncios en vídeos que no pasan de los tres minutos? ¿Querrán las grandes marcas situarse junto a material producido por “amateurs”?

        YouTube ha encontrado en Hulu (fruto de una alianza entre News Corporation, NBC y Disney) un verdadero competidor. Y puede que la publicidad no sea suficiente. La semana pasada se hablaba de las conversaciones de YouTube con estudios cinematográficos como Lions Gate, Metro-Goldwyn-Mayer y Warner sobre pago por descarga "online" de películas de estreno. Las negociaciones despiertan interés porque son un "test" valioso para analizar si los usuarios están dispuestos a pagar por contenidos en YouTube.

        Mientras tanto, toda una generación descarga vídeo cuando le parece oportuno, incluyendo fragmentos de programas de televisión terrestre y de pago, resúmenes de eventos deportivos, escenas de películas, anuncios especialmente brillantes y divertidos…Las reglas del juego ya han cambiado.