Crimen y castigo, de Fiódor Dostoievski
El autor ruso aborda la culpa y la redención en esta obra universal
David Amado
Crimen y castigo
Fiodor Dostoievski

 

 

Asesina sin culpa

        Lo peor que le puede suceder al hombre es la pérdida del sentido de culpa. Mientras este perdura hay lugar para la esperanza. Görres definió el sentimiento de culpa como la conciencia que se revela contra una existencia satisfecha de sí misma y señalaba que quienes carecían de dicho sentimiento eran como cadáveres vivientes.

        Dostoievski es autor de novelas geniales, y una de ellas es Crimen y castigo, que nos alegra encontrar de nuevo en una hermosa colección (Mil letras) que acredita una estupenda labor editorial. Berdiaiev consideraba que en Raskólnikov (el estudiante que asesina a una vieja usurera) no llegaba a dibujar todo lo que Dostoievski había descubierto sobre la contradicción del corazón humano, pero que ya se apuntaba en él ese desdoblamiento. Pese al juicio del gran comentador ruso y al margen de que Dostoievski tenga personajes más perfectos, la historia de Raskólnikov, de su crimen, de sus remordimientos enfermizos y de su redención, es una de las cimas de la literatura universal si ésta debe definirse no sólo por sus cualidades literarias, sino también por la verdad que descubre sobre el hombre.

        Raskólnikov actúa contra la vieja pensando que hace un bien, dada su insignificancia. Actúa como un superhombre que dicta una nueva moral. Dostoievski incide en ese punto, porque el estudiante, que se duele de la precariedad injusta de su propia familia, ni siquiera aprovecha el fruto de su hurto, sino que lo esconde. Pero hay algo que no controla, y es su conciencia, que le lleva, a través de tortuosos caminos y con notables efectos psicosomáticos, al descubrimiento de que su justicia no es la justicia. Pero Dostoievski no se refiere sólo al alcance social de las acciones, ni a sus consecuencias penales. Le preocupa el hombre que se pierde por su propia decisión y que descubre que lo que ha obrado no corresponde a su destino.

Sufrimiento de redención

        Si como descripción psicológica de la culpa Crimen y castigo es superior, también lo es en la respuesta que ofrece. La propuesta de Dostoievski no es, para nada, políticamente correcta ni está al alcance de quienes se deleitan, aunque sólo sea para lamentarse, en los síntomas del mal sin querer entrar a las causas. La solución se encuentra en Cristo y en la necesidad de pasar por el sufrimiento. Sin éste, pretender una redención, parece una broma. Hay que reconciliar el corazón y restablecer la armonía con los demás hombres y con Dios. Si el crimen es fatal, la salvación no es menos profunda.

        Esta edición, buena en su traducción y de pulcra presentación, nos ofrece una excelente oportunidad para aprender, quizás de nuevo, de Dostoievski.