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¿Se oponen fe y ciencia? |
Señalan
los estudiosos que la inteligencia del hombre no es una mera ventaja
sobre el ambiente en el que se mueve y que vendría a suplir otras
deficiencias, como la menor velocidad o fortaleza, para facilitar su
supervivencia. Porque resulta que el hombre se cuestiona cosas que van
mucho más allá de la utilidad. Y por ello no parece que
sea la necesidad la que mueve al hombre a investigar sino más
bien un deseo, insaciable, por saber y responder a preguntas existenciales
sobre nuestro origen y destino.
En ese indagar han venido a encontrarse la religión con la ciencia y a menudo su relación, por mal entendida, ha dado lugar a disgustos y malentendidos. El cristianismo afirma que no hay posibilidad de contradicción entre ambas, porque toda la realidad remite a un solo principio. La ciencia, en principio tampoco debería buscar confrontación, porque no hay datos que se opongan a lo que afirma la fe. Pero esa armonía no siempre existe porque, en ocasiones, desde postulados materialistas (que son a priori y extra-científicos) se juega a enfrentar el resultado de la investigación con el dogma. Lo cierto es que entonces no se trata ya de la realidad como se da sino de la ideología, que interpreta el dato desde una preconcepción que ha excluido a Dios. Pero Génesis no trata de ese debate ni de los encuentros o desencuentros entre la fe y la ciencia, sino de lo que actualmente se sabe sobre los orígenes del universo, de la vida y del hombre. Estas preguntas nos interesan a todos pero muchos hombres cultos, cuyos intereses profesionales o dedicaciones concretas abarcan otros campos, encuentran dificultades para acceder a una información suficiente y fiable. | |||||
Profundo pero comprensible |
Martínez Caro, dedicado durante muchos años al ejercicio de la cirugía y de la medicina y a la docencia de esas disciplinas, nos ofrece en este volumen una aproximación rigurosa sobre el origen del Cosmos, y las teorías que intentan explicar cómo se originó la vida en la tierra y la aparición del hombre. Aunque algunas partes del libro que tratan temas de física pueden resultar algo difíciles, el libro es bastante comprensible para un lector de cultura media. De hecho, aunque no lleguemos a entenderlo todo, sí que captamos la idea general que da una imagen de la realidad en la que nada resulta absurdo y en la que los interrogantes lejos de negar a un Creador parecen esperar a que se manifieste. Nos parece una obra muy recomendable para profesores de secundaria y para todo aquel que, ante la grandeza del Universo y la maravilla de la vida no se cierre a su contemplación y esté dispuesto a pensar que todo puede tener un sentido. | |||||
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