|
Los
ocho pecados capitales del arte contemporáneo
|
José
Javier Esparza
|
|
La
ideología invisible
|
Jesús
Trillo Figueroa
|
|
El
día que España derrotó a Inglaterra
|
Pablo
Victoria
|
|
Bravuconadas
de los españoles
|
Pierre
de Bourdeille
|
|
|
|
A
pesar de su dilatada experiencia en el mundo de la comunicación,
usted es muy joven. ¡Comenzó a trabajar en la radio
a los 16 años! ¿De dónde cree que le viene
esa vocación?
Sinceramente,
no lo sé. Quizá porque, aunque soy muy, muy tímido,
hablo mucho (es mi defensa ante mi timidez). Tal vez de ahí
venga todo. Lo que sí puedo contar es lo que me dicen mis padres:
que, desde crío, lo he tenido muy claro.
¿Cómo
era su familia? ¿Qué tipo de educación recibió?
Mi familia es
una familia normal, de trabajadores. Nunca nos ha faltado de nada,
pero tampoco hemos tenido muchos lujos. Todo muy normal.
Y mi educación fue, también, la habitual de cualquier
chico de mi edad. Estudié en el colegio que había al
ladito de mi casa, y que además era el más grande de
España. Era un colegio de curas del que no tengo historias
macabras que contar. Entre lo que aprendí allí, y lo
que me enseñaron mis padres, así he salido yo. No hicieron
mal trabajo, ¿no? (risas)
La historia
de cómo llegó a presentar el Un, dos, tres es muy
curiosa y usted siempre la cuenta... Entrevistó a Chicho;
se ofreció usted para el trabajo... Cuando él le llamó,
¿cómo vivió aquellos momentos; cómo
los interpretó?
Bufff...,
imagine... Yo, que estaba en Zaragoza luchando por aprender y hacerme
un hueco, había sido elegido, nada más y nada menos
que por Chicho, para presentar el Un, dos, tres. Eso es indescriptible.
¿Que
cómo lo interpreté? Como un guiño de El de arriba.
Era como si Él, y mi Pilarica, me estuvieran diciendo: «¿No
lo querías? Pues aquí lo tienes. Aprovéchalo».
Y ellos saben que lo intenté aprovechar al máximo. Como
siempre digo: Si yo presenté el «Un, dos, tres»,
eso confirma que, a veces, los sueños se cumplen.
Ha dicho en
alguna ocasión que reza y se confiesa... ¿Qué
significa y qué lugar ocupa en su vida la fe?
Sí, rezo
todas las noches. La fe es creer en Dios, y en todo lo que Él
significa. Así de sencillo, o de complicado (depende de a quién
se lo digas). Yo creo que la fe, como el conocimiento, no ocupa lugar.
Para mí, es algo que va siempre conmigo.
Y ahondando
más en este tema... Puede que haya gente que, yendo contra
corriente , afirme que reza... Pero la confesión ni siquiera
se entiende bien entre muchos cristianos... ¿Qué supone
para usted, qué le aporta...? ¿La recomienda como
un ejercicio saludable ?
Ya ve..., no
voy a la moda. Supongo que depende de cómo se plantee la gente
la confesión. Para muchos es como un examen: «¿Qué
pensará de mí el cura si le digo que no voy a misa?;
¿me mirará mal?...» Para mí no es así.
Yo no tengo ese temor. Cuando me confieso, lo hago hablando con el
sacerdote. Le digo mi lista de pecados y ya está. Aunque a
lo mejor es porque tampoco tengo pecados muy graves... (risas). Sea
como fuere, a mí me renueva.
Parece usted
un hombre muy luchador... No sé si piensa que ha alcanzado
sus sueños... Me pregunto qué metas le quedan por
alcanzar.
¡Muchas!
Espero que aún me queden muchas metas por lograr. Aunque empecé
muy joven, apenas soy un recién llegado. Con el Un, dos, tres
se cumplió un sueño..., pero me quedan muchos; soy muy
soñador. Jamás deberíamos dejar de soñar.
¿Qué
no haría nunca para un medio de comunicación?
Firmar algo que
no he escrito yo y en lo que no creo. La honradez, creo, debe empezar
por uno mismo.
¿Cuáles
son los criterios, a la hora de apostar por un proyecto de trabajo?
Que sea algo
divertido, en lo que pueda aprender y con lo que no moleste a los
demás. De momento, soy un tipo con suerte.
|