La escritora visita al papa Benedicto XVI, que también sabe de publicar superventas

        Susanna Tamaro, nacida en Trieste en 1957, está en España promocionando las ediciones en castellano (Seix-Barral) y catalán (Columna) de su último libro, Escucha mi voz, que es la continuación de Donde el corazón te lleve, el libro que la catapultó a la fama.

        Tamaro es una mujer conversa al catolicismo, de espiritualidad diáfana y minimalista, quizá franciscana, que vive en el campo buscando la sencillez. Cuando le preguntan en AVUI (31-01-07), reconoce su admiración por El dios de las pequeñas cosas, de Arundathi Roy.

        "Me gustó mucho ese libro, la atención al detalle, a las cosas pequeñas. Alguien dijo que Dios está en el detalle, y en literatura es el detalle lo que da la calidad. Me impresiona mucho ver cómo la semilla de una calabaza es minúscula, casi nada, y cómo luego en agosto es inmensa y llena de frutos".

        El periodista le pregunta por su "aproximación cruel" al feminismo o mayo del 68.

        "Cruel no. Soy irónica. Pasé aquel periodo de los años 70 en Italia. Lo viví. Visto desde hoy me parece que hacíamos cosas muy ridículas, que hacen reír. Aunque había una parte importante: la conciencia de la mujer de vivir su vida, no estar ligada a las estructuras, tomar su libertad. Pero eso ha muerto, el feminismo está muerto. Al menos en Italia no hay anda que me lo recuerde. Cuando yo era joven todas queríamos ser abogadas, médicos, para contribuir a cambiar el mundo. Ninguna pensaba en casarse o hacerse la cirugía estética en los pechos, cosa que me parece horrible".

        Tamaro razona su pesimismo.

        "Soy pesimista porque veo que los medios de comunicación, con su capacidad de manipulación de la mente, bombardean el cerebro de los niños de forma que cortan la libertad. Sólo tienen libertad para comprar. Para ser padre hoy en día hay que ser un héroe y atreverse a decir no constantemente. La clase dirigente del mañana serán los niños a los que se les habrá dicho no. Serán los únicos que hayan conservado la capacidad autónoma de pensar."

        La protagonista de Escucha mi voz es la misma chica rebelde de Donde el corazón te lleve, en búsqueda de sentido.

        "Ella va entendiendo esa dimensión religiosa, que de alguna manera es una cosa que siempre había estado buscando sin saberlo, para dar sentido a la vida".

        Susanna Tamaro explica su visión de la vida desde la fe sin ningún problema.

        "Soy una persona muy apasionada. Amo vivir y hacerlo con abertura mental. Soy pesimista pero feliz. Y actualmente soy una persona creyente, cosa que supongo es importante. Quien tiene una fe llega más rápidamente al sentido profundo de la existencia. Venimos de no se sabe dónde y vamos no se sabe dónde. Mientras tanto, vivimos. Y eso es fascinante. La vida siempre es un milagro que puede acabar en un instante."