La corte persa y su lujo asiático
Intrigas en la noche en los palacios de Jerjes
'Una noche con el Rey': la historia bíblica de Ester y Mardoqueo, en el cine
La Fox intenta recuperar el género bíblico, con una inversión suficiente y buenos actores pero un guión demasiado apretado Ya está en los cines de EEUU "Una noche con el Rey". Se trata de una producción de Gener8xion Entertainment y de la nueva división de la Fox que se está dedicando a las películas y series de fondo cristiano, Fox Faith, un fruto del éxito de La Pasión de Mel Gibson. La película ha costado 20 millones de dólares, en un mes ha recaudado ya 12 millones, y con las ventas de vídeos el negocio saldrá rentable. A España lo más probable es que llegue en DVD o en teleserie.
Dios en el banquillo

        Durante 122 minutos se recoge la historia del Libro de Ester: la relación entre Ester -hermosa entre los judíos en el exilio persa-, el rey Jerjes de Persia (en la Biblia también aparece llamado Asuero o Artajerjes), el malvado ministro Hamán y el piadoso Mardoqueo.

        En general los actores lo hacen muy bien, desde la actriz novel Tiffany Dupont en el papel de Ester, hasta secundarios de calidad como John-Rhys Davis (Mardoqueo, era el enano Gimli en El Señor de los Anillos), John Noble (Príncipe Admantha, era el orgulloso y enloquecido Denethor en El Retorno del Rey), pasando por cameos de Peter O' Toole (profeta Samuel) y Omar Sharif (Príncipe Memucan).

La judía Esther llegará a ser reina de Persia

        La película de hecho se basa más en una novela de Tommy Tenney (Hadassah: One Night with the King) que en La Biblia en sí. Y cuando se basa en la Biblia omite cualquier pasaje de la versión griega (deiterocanónica); es decir, omite los fragmentos que están en las Biblias católicas y ortodoxas.

        Se ha filmado en la India y se ha retocado con las técnicas que permite hoy la tecnología, para crear una Persia de atmósfera de fantasía, que algunos críticos comparan con el planeta Naboo de Star Wars. Los trajes y decorados son de primera, y el traje de boda de Ester nos transporta a las épocas del cine épico-bíblico del Hollywood de Cecil B. DeMille.

        El problema está en el guión. No es una historia fácil de pasar al cine, y menos si intentas educar continuamente a los espectadores acerca de las costumbres de la Persia de Jerjes. "El guión es tan complicado como si cruzásemos Shakespeare con el canal de Historia, intentando explicar los puntos históricos y culturales sin dejar que el público se siente tranquilamente a disfrutar de una narración", dice el crítico de ChristianityToday.com.

        El guión también divaga demasiado dando los detalles de las conspiraciones palaciegas del ministro Hamán, y algunos de sus comentarios de odio hacia los judíos suenan demasiado "modernos"; incluso se ve un símbolo tribal con reminiscencias de esvástica asociado al malvado. También hay secundarios que lían la trama innecesariamente, como un intento de amorío entre Ester y uno de los criados eunucos.

        La tensión de la primera mitad del filme se centra en la relación entre la joven judía y el rey, cómo ella aprende a enamorarle. En la segunda parte, la tensión está en cómo Ester intenta ocultar su origen y linaje al malvado Hamán.

        La trama, que puede ser liosa para conocedores de la Biblia (en la historia de Ester está la base de la fiesta judía del Purim), resulta más complicada todavía para los que no la conozcan. Se puede ir con los niños a verla, porque no hay escenas inapropiadas pero es muy posible que los chavales se aburran por la abundancia de diálogos y de intrigas.

        Para muchos, se trata de una película pensada directamente en formato de televisión. Para recuperar el cine épico bíblico, grande y ambicioso y con historias apasionantes, habrá que esperar a otros filmes. ¿Alguien se atreve con una película sobre el Rey David que nos haga olvidar la que hace unas décadas protagonizó Richard Gere?