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Durante 122 minutos se recoge la historia del Libro de Ester: la relación entre Ester -hermosa entre los judíos en el exilio persa-, el rey Jerjes de Persia (en la Biblia también aparece llamado Asuero o Artajerjes), el malvado ministro Hamán y el piadoso Mardoqueo. En general los actores lo hacen muy bien, desde la actriz novel Tiffany Dupont en el papel de Ester, hasta secundarios de calidad como John-Rhys Davis (Mardoqueo, era el enano Gimli en El Señor de los Anillos), John Noble (Príncipe Admantha, era el orgulloso y enloquecido Denethor en El Retorno del Rey), pasando por cameos de Peter O' Toole (profeta Samuel) y Omar Sharif (Príncipe Memucan).
La película de hecho se basa más en una novela de Tommy Tenney (Hadassah: One Night with the King) que en La Biblia en sí. Y cuando se basa en la Biblia omite cualquier pasaje de la versión griega (deiterocanónica); es decir, omite los fragmentos que están en las Biblias católicas y ortodoxas. Se ha filmado en la India y se ha retocado con las técnicas que permite hoy la tecnología, para crear una Persia de atmósfera de fantasía, que algunos críticos comparan con el planeta Naboo de Star Wars. Los trajes y decorados son de primera, y el traje de boda de Ester nos transporta a las épocas del cine épico-bíblico del Hollywood de Cecil B. DeMille. El
problema está en el guión. No es una historia fácil
de pasar al cine, y menos si intentas educar continuamente a los espectadores
acerca de las costumbres de la Persia de Jerjes. "El guión
es tan complicado como si cruzásemos Shakespeare con el canal
de Historia, intentando explicar los puntos históricos y culturales
sin dejar que el público se siente tranquilamente a disfrutar
de una narración", dice el crítico de ChristianityToday.com. El guión también divaga demasiado dando los detalles de las conspiraciones palaciegas del ministro Hamán, y algunos de sus comentarios de odio hacia los judíos suenan demasiado "modernos"; incluso se ve un símbolo tribal con reminiscencias de esvástica asociado al malvado. También hay secundarios que lían la trama innecesariamente, como un intento de amorío entre Ester y uno de los criados eunucos. La tensión de la primera mitad del filme se centra en la relación entre la joven judía y el rey, cómo ella aprende a enamorarle. En la segunda parte, la tensión está en cómo Ester intenta ocultar su origen y linaje al malvado Hamán. La trama, que puede ser liosa para conocedores de la Biblia (en la historia de Ester está la base de la fiesta judía del Purim), resulta más complicada todavía para los que no la conozcan. Se puede ir con los niños a verla, porque no hay escenas inapropiadas pero es muy posible que los chavales se aburran por la abundancia de diálogos y de intrigas. Para muchos, se trata de una película pensada directamente en formato de televisión. Para recuperar el cine épico bíblico, grande y ambicioso y con historias apasionantes, habrá que esperar a otros filmes. ¿Alguien se atreve con una película sobre el Rey David que nos haga olvidar la que hace unas décadas protagonizó Richard Gere? | ||||||||
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