"Cuando
no está pariendo pensamientos ingeniosos, Tom Hanks se pasa
la mayor parte del film con aspecto de estar mareado", dice
The Times. "Cualquier thriller capaz de soltar la frase
'Tengo que ir a una biblioteca, rápido', tiene gran necesidad
de atención médica".
La crónica de la premier en Il Messaggero habla de
"malestar y silbidos" entre los agobiados periodistas.
El Corriere della Sera dice: "Una acogida helada. Ni
un aplauso. Algún silbido y una carajada de mofa". El
francés Le Monde hace referencia a la acogida "glacial".
Con 2 horas
y media de película, es fiel al libro: sermones pelmazos
de expertos y persecuciones se van alternando. Cuando al final Tom
Hanks le dice a Audrey Tautou Sophie, ¡eres la última
descendiente de Cristo!, por fin "el público de periodistas
hasta ese momento entumecido por el exceso de disquisiciones
dementes sobre el Santo Grial explota en una carcajada liberadora.
Si la anticlerical Natalia Aspesi lo recoge así en La Reppublica,
significa que la película es mala de narices.
Claro que también
lo es el libro y vende millones.