The Wild (Salvaje): una de animales digitales que ya nos suena de algo

Caniches salvajes en las
calles de New York
Disney tendrá que hacerlo mejor si quiere recuperar el terreno ocupado por Pixar y Dreanworks.
Mar Gómez García www.forumlibertas.com
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Ignasi Bofarull

        Una cría se aleja de su padre, y unos humanos la llevan muy lejos. El padre y unos amigos cruzarán los mares para recuperarla. ¿A qué suena? A Buscando a Nemo, por supuesto. Pero el argumento es el mismo en The Wild (Salvaje), que ha llegado recientemente a las pantallas. Sustituimos a los peces por leones, y ¡voilà!

        Disney está intenta recuperar mercado y prestigio en la animación digital, terreno colonizado por la DreamWorks de Steven Spielberg y por la genial casa Pixar. La primera aventura de Disney en el sector fue Chicken Little. Con Salvaje no acaba de triunfar.

        Algunos pensarán que la película se parece a otra animación muy reciente, Madagascar, de la DreamWorks. Como en esta película, unos animales de zoo y ciudad llegan a la salvaje África donde no están acostumbrados a buscarse la vida ni la comida. Como estas películas de dibujos tardan al menos dos años en realizarse, podemos suponer que ha sido casualidad. Pero Madagascar tenía más gracia y profundidad crítica, sin ser tampoco una maravilla como Los Increíbles.

        Un león de zoo presume ante su cachorrito de su chorro de voz al rugir y bravuconea con su juventud africana. El cachorro, que sólo sabe hacer maullidos, se fuga del zoo en un contenedor que sabe que le llevará a tierras salvajes. Su padre y unos amigos (un koala que es de lo mejor de la película, una serpiente despistada y una jirafa neurótica) escaparán para buscar al pequeño león. Por el alcantarillado de Nueva York se enfrentarán a cocodrilos y por las calles a perros feroces (liderados por un caniche también feroz).

        En un pequeño bote que al parecer tiene combustible ilimitado llegarán a África, donde correrán aventuras por separado. Por ejemplo, al koala unos animales herbívoros le quieren nombrar dios para que les convierta en carnívoros.

        Hay gags que tienen su gracia, pero el conjunto es poco armónico. La animación intenta ser tan detallada y realista que llama más la atención sobre sí misma y aleja de la historia. La música es demasiado ruidosa y tampoco encajan del todo las canciones de rock. Es la primera película dirigida por Steve "Spaz" Williams, un veterano en efectos especiales pero inexperto como narrador de historias.