Al borde del cataclismo ecológico
El derretimiento de la turbera más grande del mundo en Siberia podría desencadenar un dramático aceleramiento en el proceso del calentamiento global.
 

"Es en líneas generales, un cataclismo ecológico".
Judith Marquand, de la universidad de Oxford.

        La turbera es el yacimiento de la turba, un material de origen vegetal que constituye la primera etapa en la transformación de un vegetal a un mineral, específicamente al carbón.

        Este proceso demora siglos. La turbera que se está derritiendo en Siberia cubre un área de un millón de kilómetros cuadrados y más de 11.000 años de antigüedad.

        El estudio, publicado por la revista británica News Scientist, indica que el derretimiento de éste área, que tiene el mismo tamaño de Francia y Alemania juntos, podría liberar miles de millones de toneladas de gas metano a la atmósfera.

        El profesor Sergei Karpotin, de la Universidad Estatal de Tomsk en Rusia, declaró a la revista News Scientist que toda "la región del sub ártico siberiano se está derritiendo y éste es un proceso que se ha dado en los últimos tres o cuatro años".

        Por su parte, la profesora de la Universidad de Oxford, Judith Marquand, quien participó en el estudio, le dijo a BBC Mundo que esto es una tragedia ecológica.

        "El gas metano tiene el mismo efecto que el dióxido de carbono en el efecto invernadero, sólo que con una intensidad 20 veces mayor. Lo trágico de la turbera de Siberia es que es irreversible. No importa lo que hagamos el proceso de descongelamiento ya se inició", indicó Marquand.

  ¿Cómo sucede?

Según los científicos la situación en Siberia es irreversible.

        Los científicos atribuyen el calentamiento de Siberia a una combinación entre cambios climáticos generados por el ser humano, un fenómeno natural denominado oscilación ártica y el calentamiento del suelo cuando el hielo se derrite. El suelo absorbe dos veces más calor solar que el hielo o la nieve.

        La turbera contiene miles de millones de toneladas de gas metano que se encuentra en su mayoría, atrapadas bajo el permafrost -una capa de hielo que se encuentra en las zona árticas- y en las estructuras de hielo más profundas.

        Si la turbera se derrite, tal como indican los científicos, el riesgo es grave pues el gas metano, antes atrapado bajo el hielo, llegaría a la atmósfera, acelerando y agravando el efecto invernadero.

        "Veremos más inundaciones y sequías en distintas partes del mundo. Aparte del calentamiento progresivo de la tierra en general. La biodiversidad se verá reducida ya que muchos animales y plantas no podrán adaptarse a las nuevas temperaturas. Es en líneas generales, un cataclismo ecológico", indicó la profesora Marquand.

        Marquand también aseguró que, por lo menos en Siberia, el proceso de derretimiento era irreversible y que si hubiéramos querido evitar algo así, debimos haber actuado antes.