Juan Manuel de Prada, Premio Nacional de Narrativa 2004.
Juan Manuel de Prada: “Las noticias que se dan sobre la Iglesia son siempre de corte negativo”
El escritor, Premio Nacional de Narrativa 2004, afirma en las II Jornadas de Deontología Periodística que los medios de comunicación apenas se hacen eco de la obra social que lleva a cabo la institución eclesial.
        El escritor Juan Manuel de Prada, Premio Nacional de Narrativa 2004, ha ofrecido una conferencia en el marco de las II Jornadas de Deontología Periodística, que ha tratado sobre La manipulación en la democracia mediática. En su exposición, el novelista ha destacado que “Las noticias que se dan sobre la Iglesia son siempre de corte negativo”. Como contraste, De Prada considera que en los medios de comunicación “casi nunca se habla de la obra social de la institución eclesial”.

Importante labor social

        De Prada ha explicado en su intervención que “Caritas, por ejemplo, atiende a un millón de personas. La labor social que realiza sólo está sufragada por el poder público en un 30 por ciento y de este porcentaje el gobierno central únicamente subvenciona un 20 por ciento”, con lo que el 80 por ciento restante corresponde a las administraciones autonómicas o locales.

        El escritor cree que hay ocasiones en las que desde los medios se inventa lo que no existe, como en el caso de Butiglione, donde se construyó una noticia al descontextualizar las palabras del político italiano, y otras en las que se omite o silencia lo que verdaderamente existe.

Instantaneidad y saturación

        Para el novelista, la información en la democracia mediática se caracteriza también por la instantaneidad y la saturación. Estos dos elementos convierten a los destinatarios en “hombres sin razón, con muchos datos pero incapaces de sacar una conclusión porque la acumulación de datos impide llevar a cabo este proceso”. La instantaneidad y la saturación son los elementos que caracterizan la democracia mediática, por lo que “las noticias duran lo que se necesita para que sean exhibidas y, el segundo factor, provoca que la mente del receptor sobreexcitada por la avalancha informativa de datos se encuentre incapacitada para discernir lo importante de lo insulso”. El resultado es que “nos convertimos en hombres sin razón; tenemos datos, premisas pero no conclusiones”.

Recontextualizar a conveniencia

        Tal y como está organizado el proceso informativo, según Juan Manuel de Prada, “consiste en descontextualizar un hecho para volverlo a recontextualizar a conveniencia. De manera que, la noticia se convierte en una elaboración tendenciosa de la realidad”.

        Al mismo tiempo, el novelista ha asegurado que “las noticias tienen la vigencia que al poder le interesa”. Y aclaró que, al hablar de poder se refiere “a una especie de contubernio existente entre el poder político y poder mediático”. En este sentido, la guerra de Irak se puede calificar como de serie A “porque hay un interés que rebasa lo estrictamente informativo; por el contrario, hay otras guerras de las que no se sabe nada”. Ha recordado las huelgas de los astilleros en Izar para señalar como cuando comenzó la huelga “el gobierno puso en marcha el proyecto de ley sobre matrimonios homosexuales acaparando durante tiempo la atención mediática y desviando la mirada del otro acontecimiento”.

Pensamiento único

        Asimismo, De Prada considera que en todos los momentos de la historia ha existido un pensamiento único y que la censura a la libertad de expresión de la época de Franco en la actualidad “la ejercen las propias empresas periodísticas; este hecho convierte al periodista en un ser mucho más inerme porque se siente golpeado por la propia empresa. Hoy en día la cuenta de resultados tiene más importancia que la pureza de la noticia que se da”. Esta realidad es devastadora para el periodista que “quiere ser independiente pero se ve aplastado por las fauces de la democracia mediática”.