El fútbol también cree en Dios

Para muchos, el deporte rey es una religión. Futbolistas, entrenadores, directivos y capellanes aseguran a LA RAZÓN que para ellos Dios es más importante que el balón. Dicen que no hay incrédulos en las trincheras. ¿Será igual en los estadios?

La Razón

        Ito, jugador del Betis, está orgulloso de pertenecer a la Hermandad de Santa Genoveva. A Javier Clemente le impacta el pasaje del Evangelio que narra cuando Jesús echaba a los mercaderes del templo. Gancedo, del Murcia, dice que la Biblia es el "manual de instrucciones" del hombre mientras que el defensor belga Grun descubrió el amor de Dios cuando perdió a su pequeña hija. María Teresa Rivero, presidenta del Rayo, confiesa hacer examen de conciencia todos los días y Batistuta no puede ir a Misa porque incluso en la iglesia le piden autógrafos. Los brasileños meten muchos goles y rezan mucho también. Los entrevistados por LA RAZÓN coinciden en valorar la oración y la Misa. ¿Habrá alguna vez un futbolista santo?

Madrid
         Santiguarse, besar la medalla, señalar al cielo cuando marcan un gol... ¿Fe o cábala? Aunque el fútbol sea un negocio supermillonario, no todos los jugadores se mueven por el vil metal; hoy día en los vestuarios todavía queda hueco para la espiritualidad. Javier Clemente, ex seleccionador nacional, confiesa que su pasaje favorito del Evangelio es cuando Jesús echó a los mercaderes del templo. Según Clemente, "el tío le echó mucho valor y personalidad".

         Gabriel Batistuta, jugador argentino, remarca que "para mí, Jesús es un ejemplo a seguir. Siempre he tenido fe, aún en los momentos difíciles de mi vida. A menudo, lo confieso, he tenido alguna duda, aunque quizás estoy usando una palabra muy gorda. Pero siempre he creído, siempre he seguido las enseñanzas de la Iglesia". Señala que su fama no le deja participar tranquilo cuando va a misa porque hasta ahí le piden autógrafos, algo que le ha sorprendido. "Esto no me pasaba en Argentina", asegura. Reza tres veces al día y antes de entrar en el campo "para que no me pase nada" y antes de los momentos importantes para "agradecer a Dios con la oración". Su compatriota Maradona señala que es cristiano católico "como todo buen argentino. Creo en Dios, en la Virgen, en los santos. Siempre pienso en Dios; desde allá arriba Él cuida de todos. Rezo todos los días y voy a misa cuando puedo. Lo he hecho desde niño y es lo que le he enseñado a mis hijas".

         En audiencia con el Papa. Ronaldo, jugador merengue, se declara creyente católico a pesar de que la mayoría de sus pares brasileños son evangélicos. Recuerda especialmente el encuentro con el Papa en 1998. "Fue un momento inolvidable. Antes de que nos recibiera, temblaba tanto que mi madre se burlaba de mí. Nunca había estado tan emocionado. Después me calmé, cuando él me hizo sentir cómodo. El Papa es un hombre excepcional, un testimonio de fe", asegura. El chileno Marcelo Salas, jugador del River Plate, recurre frecuentemente a su director espiritual que está en su país, aunque a veces viene a visitarlo a Italia, donde reside actualmente. "Creo que es muy importante tener un director espiritual que te ayude a estar bien con Dios. Creo mucho en la oración; antes de dormir, rezo. Digamos que me encanta hablar con Dios. No importa tener una casa hermosa o poseer riquezas materiales. Éstas son cosas pasajeras. Lo importante es tener fe en Dios para construir algo bello", afirma.

         Javier Zanetti, del Inter de Milán, parece realmente enamorado de Dios: "Estar cerca de Jesús significa ser una persona feliz. Soy muy creyente, experimento su existencia y su amor. Cada segundo siento a Dios presente en mi vida. Quisiera enseñar a los jóvenes la belleza de creer en Dios y la importancia de asumir la propia responsabilidad". El nigeriano Kanu tuvo una experiencia trascendental. En 1996, en un momento espléndido de su carrera, le encuentran una anomalía cardíaca y su vida y su carrera corren peligro. Todos daban por terminada su vida. Sin embargo, una operación milagrosa le salvó la vida. "Soy cristiano católico, practicante. En Nigeria hay una Iglesia católica muy fervorosa. No puedes basar tu vida sobre el fútbol o sobre el éxito, o sobre una cosa humana porque cuando falle estarás perdido. Sólo Dios es eterno", señala. Añade que en los momentos de dolor ha sentido la fuerza de los que rezaban por él. "No es retórica, creo en el valor de la oración, no para que suceda un milagro, sino para saber aceptar la voluntad de Dios".

         Ito, jugador del Betis, se muestra orgulloso de ser cofrade de Santa Genoveva. "Como todas las personas, he pasado por diferentes épocas en mi vida: en la niñez veía a Jesús de una forma anecdótica; me preguntaba si existía o no. Después he pasado por momentos de duda, pero he madurado y me he formado un criterio propio de la religión", sostiene.

         Kovacic, ex jugador croata de la Real Sociedad, decidió dejar el fútbol para dedicarse a Dios más intensamente, junto con su esposa. "He decidido dar un vuelco a mi vida. En mi escala de valores, Dios está en primer puesto, y en el segundo la familia. El estilo de vida de los jugadores está muy lejos de esta escala de valores, así que he dicho basta. En el Brescia ganaba mucho dinero, pero no estaba sereno. No me interesaba ni el sueldo, ni los coches, ni las bellas mujeres. Son cosas efímeras, pasajeras. He encontrado una felicidad más grande que la que podía darme el fútbol".

         Pero de todos los testimonios, el que lleva la delantera es el argentino Abel Balbo. Organizó el famoso encuentro de los futbolistas argentinos que jugaban en Italia con el Papa en 1996. Un encuentro que marcó la vida de muchos de los que participaron. "Cuando estaba en el Udinese, iba yo solo a misa explica. Después empezaron a venir conmigo dos o tres compañeros hasta que hubo un momento en que venía a misa casi todo el equipo. He sabido que muchos de aquellos que todavía están en el Udinese continúan yendo a misa", comenta satisfecho. Opina que "la Iglesia es mi madre. Tengo una buena relación con la Iglesia. Tengo muchos amigos sacerdotes. Lo siento por los que dicen que creen en Dios pero no en la Iglesia. ¿Es una afirmación sin sentido! Es verdad que hay algunos sacerdotes que no están a la altura de su misión, pero yo no voy a una iglesia para llevarme bien con el cura o para ver si es bueno y simpático".

         Al belga George Grun se le fortaleció la fe cuando perdió a su hija en 1992. "He vivido una tragedia increíble. Y es en la fe en donde he encontrado la fuerza, el coraje, la esperanza para seguir adelante. Y es en Dios donde he encontrado el sentido de la vida. Porque la vida para nosotros los seres humanos continúa aún cuando pierdes una hija pequeña. La vida no termina aquí en la tierra. Es esta certeza la que me ha dado el coraje de continuar, de seguir adelante. Como católico puedo decir que he descubierto el amor de Dios aún en esta tragedia. He descubierto la oración, que no sólo debe ser un refugio en los momentos de desesperación". Luigi di Biagio, del Brescia, manifiesta que "la fe viene de adentro. Cada vez que voy a misa me siento cerca de Dios. Me encuentro muy bien, paso una hora hermosa".

         El alemán Oliver Bierhoff ríe al recordar que cantaba en el coro de su parroquia. "Me alegro mucho de haber recibido una educación católica que me ha ayudado tanto en la vida. Creo que cada cosa que pasa tiene un sentido. Dios me protege y no debemos tener miedo, al contrario, debemos ser capaces de afrontar cada cosa con serenidad".

         Pero un equipo es mucho más que los jugadores, también hay directivos que se apoyan en la fe. María Teresa Rivero, presidenta del Rayo Vallecano, comenta que Dios fue su pilar para salir adelante en los momentos más duros de la expropiación de Rumasa. "Estoy llena de defectos se confiesa, pero a diario hago examen de conciencia para ser cada día mejor. El Evangelio hay que seguirlo, es un libro escrito hace 2000 años y todavía está en plena actualidad".

Enamorados de Cristo
         En Brasil no sólo se encuentra una de las mejores canteras del mundo, sino también los jugadores más creyentes. Precisamente en este país ha nacido la asociación de cristianos evangélicos "Atletas de Cristo", que no ocultan su su pasión por Dios. El delantero del Milán, Kaká, lleva escrito en las lengüetas de sus zapatillas "Dios es fiel". A esta entidad pertenecen algunos futbolistas que juegan en España. "Intento dar mi testimonio aunque mis compañeros son reacios a la fe", afirma Marco Antonio Senna, del Villarreal. "Una vez, un fisioterapeuta me dijo que su único Dios eran su mujer y su hija y que si tuviera un problema a ellas recurriría". Le agradece a Dios el haberle concedido el sueño de jugar en España. "Mi familia era creyente, pero yo no hasta hace un año y medio, cuando un colega del San Caetano de Brasil me invitó a un grupo de oración y me gustó. Dios es mi prioridad, me da fuerza para vivir", dice con una mano en el corazón. Aunque asiste a los grupos de oración tres días por semana, considera que es poco y que "me gustaría ir más". Hace poco sufrió una lesión que lo mantuvo apartado del terreno de juego: "Pienso que es un tiempo del Señor. Sé que estoy aquí por algo, que tengo una misión que cumplir. Muchos de los jugadores cuando salimos beben, fuman, pero yo creo que Dios es la única verdad. La puerta de los cristianos es estrecha, creer en Dios es fácil pero vivir la Palabra correcta es difícil", reflexiona.

"Cristo nunca abandona"
         El argentino Leonel Pipa Gancedo, jugador del Murcia, narra que se convirtió en el 94 gracias a un compañero que tuvo un accidente y quedó paralítico. "Yo creía en Dios a mi manera, hasta que él me habló sobre su fe. Empecé a escuchar la palabra de Dios y se me cayeron las vendas de los ojos. Entonces aparté mi intelecto y comprendí que necesitaba un Salvador", recuerda. Ahora hace reuniones todos los miércoles en su casa para leer lo que él llama el "manual de instrucciones del hombre", la Biblia. "Dios es lo primero para mí, me da sabiduría en cada momento", asegura. "Antes me preguntaba: entre tantas religiones ¿quién tiene la verdad? Y encontré en Jesús la Verdad y la Vida".

         Diego Mateo, del Racing del Santander y evangélico, asegura que "con Cristo todo se puede, estoy seguro de que sin él no podría conseguir nada. Para mí es lo más importante, es mi amigo fiel que siempre está, en las buenas y en las malas, el que me ama a pesar de mis miserias, el que me da fortaleza para vivir, es todo", asevera rotundo. "Siempre trato de hacerme algún momento para rezar, para leer la Biblia o algún libro religioso. Intento que estas cosas, especialmente orar, ocupen un espacio fundamental en mi vida, aunque a veces me cueste. Antes pedía por ganar o marcar un gol, ahora no, creo que sería egoísta por mi parte, así que pido que se haga su voluntad, que seguramente será lo mejor. Quiero ser cada día mejor cristiano. Si hago algún bien, sé que es poco, podría hacer mucho más. Hay veces que me falta confianza en Dios, pero es nada más que por mi falta de fe porque siempre me termina demostrando que está a mi lado y que nunca me abandona", afirma.

Sotanas y balones
         Por un día abandonan sus parroquias y evangelizan dentro de un vestuario. Son los capellanes de los equipos. Todos coinciden en que están ahí para ayudar a los jugadores. Son cercanos, han casado a jugadores de la plantilla, han bautizado a sus hijos e incluso son sus confesores. "Ante todo, el capellán de un equipo tiene que ser amigo de los jugadores. Ellos están sometidos a mucha presión y en muchas ocasiones, desarraigados de sus familias, yo les escucho y trato de ayudarles" confiesa el padre Ángel, capellán del Betis. "Cuando se nos llena la enfermería no me sale otra cosa más que decir: Señor: ¿qué pasa con los huesos de mis chicos?"

         Don Rafael Taboada también cree que la misión de un cura dentro del vestuario es saciar las necesidades espirituales de los jugadores como un amigo. "Ahora las consultas de los psiquiatras están llenas y los confesionarios vacíos, eso es algo que llama la atención", asevera el capellán del Deportivo de la Coruña. Son aficionados y no se pierden ni un partido los domingos que su equipo juega en casa. "No podemos abandonar nuestras parroquias", afirma don Antonio Bueno, capellán del Recreativo de Huelva, "y como no puedo estar ahí cuando viajan, siempre les llamo a la concentración para que no se olviden de rezar antes del partido", concluye.

Irureta: "La fe es mi gran apoyo"
         El entrenador del Deportivo de La Coruña, el vasco Javier Irureta, es un hombre de fe. "Soy un hombre de fe humilde aclara. Es la que me enseñaron mis padres desde niño. Para mí, Dios es importante en mi profesión y en mi vida. Creo que dependemos de tantas cosas y es tan insignificante nuestra vida que para mí, la fe es un apoyo permanente".

         Aunque no lee la Biblia con frecuencia, sí va a misa todos los domingos y les hace rezar un Padrenuestro a los jugadores antes de entrar al campo. "Ellos reaccionan bien; es bueno para tener un espíritu de compañerismo, de solidaridad. La vida de un jugador es tan trepidante, tan rápida, que le hace falta detenerse un minuto y reflexionar", indica. Esto es lo que experimentó hace cuatro años cuando realizó el Camino de Santiago en agradecimiento por haber ganado el campeonato de Liga Española. "Es una experiencia muy bonita; la soledad te permite un reencuentro contigo mismo, con la propia naturaleza", expresa.

         Estos momentos de reflexión trata de tenerlos habitualmente. Se lleva muy bien con el capellán, Rafael Taboada, de quien dice que es "una persona muy cercana a todos". "Y el primer jugador santo será Valerón, es una muy buena persona", ríe, cuando se le pregunta la posibilidad de que haya algún jugador o entrenador que sea elevado a los altares.